viernes, 12 de marzo de 2010

Viernes 12/3/10, 14:34

Hojeo etnografías hospitalarias, hago apuntes, dibujo estructuras, rescato notas de campo: de a poco, el capítulo va cobrando forma. Me distraigo un rato tanteando epígrafes acordes a los nuevos contornos de la tesis: “Realmente decimos que la hora de la muerte es incierta, pero cuando lo decimos nos representamos esa hora como situada en un espacio vago y remoto; no pensamos que tenga la menor relación con la jornada comenzada ya y que pueda significar que la muerte (…) podrá producirse esta misma tarde, tan poco incierta, esta tarde en que el empleo de todas las horas está regulado de antemano” (Proust).