sábado, 30 de enero de 2010

Sábado 30/1/10, 9:56

Consulto a las fuentes. Papa, maíz, mangos, tomates, ciruelas, melones, sandías y aguacates. Lista completa, en orden de aparición (o de mengua). Ningún pepino. O mejor: muchísimos pepinos. Tacho los aguacates, el mango y el maíz, y agrego algunas frutas (peras, bananas y duraznos). Salgo a hacer los mandados. Dieta sana + ejercicio = ¿tesista feliz? (El corrector del Word no reconoce la palabra “tesista” y da opciones inquietantes: “desista”; “resista”. También “tesita”, que quiere decir rigidita, tiesita. Suena un poco feo. A menoscabo).

viernes, 29 de enero de 2010

Viernes 29/1/10, 16:04

P. me devuelve el capítulo corregido con control de cambios. Con elegancia, sutileza y –lo sé- mucho de malicia, elimina 14 “señala” del texto. Si no los hubiera dejado adrede me habría destrozado (cambiarlos por algún sucedáneo –“advierte”, “sostiene”, “apunta”- no haría sino gritar la palabra escamoteada, desnudar que no encontré una construcción más decorosa para introducir lo que dicen otros). P. también me anuncia que ha comprado un libro sobre la muerte en la contemporaneidad, y me apunta algún otro. Como la cosecha de mujeres, la revisión bibliográfica (que pretendió agotar ese capítulo) nunca se acaba. (En un aparte trato de recordar alguna estrofa. Tiro las redes y sólo consigo traer, no sin esfuerzo, una enumeración de elementos que se acaban, todos del reino vegetal, y que mi memoria confunde. Creo recordar tres, de una lista que sé más numerosa: mangos, tomates y ¿pepinos? Me recluyo en el baño e intento cantar la canción, acomodando las verduras en el lugar correcto. Malamente consigo acomodar los mangos y los tomates, que se acaban en sucesión. Los pepinos se resisten. Antes de arruinar el día de trabajo evoco una canción popular que me sé de corrido y que barre con todo, como una ola).

jueves, 28 de enero de 2010

Jueves 28/1/10, 7:17

Antes de avanzar con el análisis del material empírico inoculo con el desayuno lecciones de buena práctica científica: releo un capítulo de El loro de Flaubert, de Julian Barnes, al tiempo que sopo las Frutigran en el café con leche. Una crítica literaria señala que Flaubert describe con tres colores distintos los ojos de Madame Bovary, y de ahí infiere que el autor no trabaja la construcción externa del personaje con mucha dedicación. Barnes cita varios pasajes en que Flaubert habla del carácter tornasolado de los ojos de Emma en el libro. Cita además otras fuentes: un amigo de Flaubert cuenta que ha inspirado su personaje en la esposa de un médico, cuyos ojos son de color incierto: según la luz grises, azules, verdes. Dice Barnes: “Sería interesante comparar el tiempo que se pasó Flaubert esforzándose por conseguir que su heroína tuviera los ojos raros y difíciles de una adúltera trágica, con el que dedicó la doctora Enid Starkie a dejarle en ridículo (...) En conjunto, me parece una muestra de negligencia académica con un escritor que, de uno u otro modo, le pagó buena parte de sus facturas del gas”. (Estragos que provoca la tesis: aún siendo para consumo personal, no identificar la página de la cita me produce una suerte de náusea. No se puede vivir así).

miércoles, 27 de enero de 2010

Miércoles 27/1/10, 14:27

Cuando ya lo creía perdido irremisiblemente, el barrenador resurge de entre sus cenizas de telgopor: en principio, viajaría a Río de Janeiro en marzo por un programa de intercambio. (Desengaño: parece que no se dice tergopor. Consulto en Internet. Según Wikipedia, para Argentina es telgopor. En cada país de América Latina tiene un nombre diferente, ninguno de los cuales es tergopor, claro obstáculo al proyecto bolivariano de una patria grande. La Real Academia Española no reconoce ni telgopor ni tergopor. Se ve que mucho no barrenan). Agrego una sunga a la lista de compras. De forma progresiva y acompasada, reducir al mínimo la ración de postrecitos e ir aumentando las series de abdominales.

martes, 26 de enero de 2010

Martes 26/1/10, 19:33

Comienzo a analizar los cuadernos de campo y el material de las entrevistas. Hojas y hojas de infortunios (ajenos), banalidades e incorrecciones (propias), más infortunios (ajenos) y reflexiones poco estimulantes (propias). De momento sólo saco en limpio una receta de puré de garbanzos (hummus) que me pasó el marido de una paciente armenia y que, esmerado etnógrafo, he registrado celosamente en mis notas. Ingredientes: 1 lata de garbanzos; 1 limón exprimido; 1 diente y medio de ajo; sal; aceite de oliva y 1 cucharada sopera de Tahine (pasta de sésamo; sin esto mejor no molestarse). Procesadora. Servir frío, decorado con un poco de aceite de oliva, pimentón rojo y perejil picado.

lunes, 25 de enero de 2010

Lunes 25/1/10, 17:40

Dispongo la pila de hojas en la mesa del bar (29, a espacio y medio). Paladeando el ritual, avanzo sobre el texto manchándolo de azul, anotando sobre el margen las correcciones: errores tipográficos, de puntuación, la imputación de alguna palabra, de una oración, propuestas para mejorar algún párrafo, enroques, tachaduras, etcétera. Acostada sobre el dorso, mancillada de azul, cada hoja corregida del capítulo va engrosando una nueva pilita. Privada del altruismo y la malicia con que edito textos ajenos (donde uno actúa como un medium que con mínimas intervenciones da a cada párrafo su mejor forma, al tiempo que desnuda la incapacidad del otro), la operación no está exenta de satisfacción: como arrancarse cascaritas, o desflecar la piel que ha quemado el sol; actividades que prodigan cierto placer aún cuando sea uno mismo el objeto del ultraje.

sábado, 23 de enero de 2010

Sábado 23/1/10, 12:33

Ayer: horas extras en las que trabajo algo poseído, como en una fiebre. Corrijo, reescribo, aumento, aclaro. Termino empapado de sudor. (Cuadro dantesco, que la exigüidad de mi atuendo no hace sino empeorar). ¿Dónde está toda esa energía cuando más la necesito, cuando el capítulo es un balbuceo y me domina la abulia, el desánimo? Recién me posesiono cuando lo tengo del cogote, contra las cuerdas, cuando ya lo fui venciendo, trabajosamente, párrafo a párrafo, intermitente, moroso. (Nota: planear excursión a Once para abastecerme de prendas íntimas; vigilar la evolución del uso de metáforas pugilísticas y de mis sudoraciones; dejar de hacerme preguntas a mí mismo).

viernes, 22 de enero de 2010

Viernes 22/1/10, 17:21

Termino el capítulo. Resta darle una revisión integral, ajustar acá y allá, agregar algún detalle y ya estaría listo para enviarlo a mis directores. Tengo la impresión de que le falta madurar un poco, pero de momento necesito soltarle la mano. Por la emoción, me atraganto con bizcochos y postrecitos. (Desilusión: no volver a mojar los 9 de Oro ahí). El calor no afloja. Prescindo de la camisa, el traje de baño y de cualquier decoro. Revelaciones infaustas. Comprar ropa interior. Urgente.

jueves, 21 de enero de 2010

Jueves 21/1/10, 18:05

Sin novedad de las cuquis ni del final del capítulo (mañana, mañana). Estalló el verano y me cago de calor: el aire está en el dormitorio (en el que de tiempo en tiempo me refugio) y cedí el ventilador a J. (no recuerdo exactamente cuándo). Me siento un poco en falta escribiendo la tesis tan despelotado así que por momentos me pongo una camisa fresca. No hace mucho juego con el traje de baño pero gano en respetabilidad. El barrenador ya es un recuerdo borroso.

miércoles, 20 de enero de 2010

Miércoles 20/1/10, 7:24

Pido a Jaromir Hladík, patrono de los aplazamientos, por mi milagro secreto: terminar el capítulo el día de hoy.

martes, 19 de enero de 2010

Martes 19/1/10, 17:00

Mientras fumigan una incipiente invasión de cucarachas (a las que el muchacho llama cariñosamente “cuquis”, motivo por el cual desconfío de su verdadera intención de exterminarlas), cuento con el procesador de texto las veces que “señalan” algunos colegas en sus tesis. Como mucho, una vez cada dos páginas. De momento llevo 50 en dos capítulos (casi una y media por página). Busco en la tesis de una española que me cita y no, no señalo nada: figuro entre paréntesis. En una nota al pie dice que me consulten por el tema de la incertidumbre. No sé qué habrá querido decir. O señalar. Como con las “cuquis”, medidas drásticas por esta otra invasión: me entablillo los dedos menique y anular de la mano derecha y ya no accedo a la enie en el teclado. Menos mal que no soy pianista.

lunes, 18 de enero de 2010

Lunes 18/1/10, 18:44

Lectura de lo que he avanzado para integrarlo con el capítulo anterior. Recupero interrogantes, retomo algunas líneas. En la revisión: una y otra vez, mi poca flexibilidad narrativa para introducir citas de otros autores: casi todos “señalan que”. Los menos apuntan, o sostienen. Gran impertinencia de estos autores, que siempre andan señalando.

sábado, 16 de enero de 2010

Sábado 16/1/10, 11:37

Tentación malsana de incluir observaciones poco serias en las notas al pie: “En publicaciones posteriores, Kübler-Ross continúa sus indagaciones sobre la muerte en términos de una transición espiritual, que define como un ‘nuevo nacimiento’ o ‘nuevo amanecer’, a partir del contacto de los moribundos con el ‘más allá’ (de la muerte y de los alcances de esta tesis)”. Por ser sábado me las permito.

viernes, 15 de enero de 2010

Viernes 15/1/10, 17:50

Primera agachada que registra este diario: no llego a terminar el capítulo para hoy. Extiendo el plazo hasta el próximo miércoles. (Parecería que lo hago con total liviandad pero me duele en el alma). Espero no registrar más agachadas o me quedo sin mundial. Por lo pronto, nada de postrecitos.

jueves, 14 de enero de 2010

Jueves 14/1/10, 18:48

Hoy, en casa y en el bar, avanzo a buen ritmo y me saco el peso del espantoso día que fue ayer. Necesito terminar el borrador y que lo lea alguien porque temo haber perdido el rumbo. A la tarde, mientras espero que se caliente el agua del mate, barajo posibles epígrafes para la tesis de una lista que fui armando. De momento, va este: “Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos” (J.L. Borges). Se me pasa el agua del mate y me tomo un tecito.

miércoles, 13 de enero de 2010

Miércoles 13/1/10, 18:00

Reducir a 5 o 6 líneas las entradas del diario. No quitar a la tesis muchas de las que la providencia depara para mí cada día. (Con estas le quito un 30 por ciento de las que me ha concedido el día de hoy: ni un abstract).

martes, 12 de enero de 2010

Martes 12/1/10, 18:08

Por la tarde, con la netbook a un bar como parte de un programa para abandonar mi casa de forma compulsiva. Pasan días en que no salgo sino un rato a la verdulería, y temo empezar a perder funciones básicas como el habla, o a hacer agua en procedimientos cotidianos como los intercambios monetarios. En el bar, humor negro del procesador de texto de la netbook que no acepta la palabra "hospices" y la cambia, una y otra vez, por la palabra “espiches”. Amén de eso, y de que si escribo mucho más así me voy a quedar ciego (agrando tanto el texto que veo sólo algunas líneas y pierdo la referencia de lo que llevo escrito), consigo avanzar a un ritmo aceptable.

Lunes 11/1/2010, 16:00

Buena parte de hacer una tesis consiste en trazar planes minuciosos que uno no va a seguir. La culpa la debe tener Umberto Eco. Sin implementar aún el nuevo plan de escritura: tres o cuatro horas de corrido todas las mañanas (algo así como escritura libre) y editar durante la tarde (cuidadoso de las citas, el estilo, etc.). O escribir durante la tarde y editar de mañana, más descansadito. Deberían quedar tres páginas por día (a espacio y medio, versión final). Hasta aquí, hago un poco y un poco. Luego de un viernes negro, hoy completo 4 páginas (versión borrador). En un recreo mancillo una foto de Eco en el diario dominical y escribo leyendas injuriosas sobre su persona. Satisfecho con la composición, quizá la agregue en un anexo.

Viernes 8/1/09, 7:28

Anoche, debacle. Preparo un fernet, después otro, y canto con la guitarra una sentida versión de Por ese palpitar. Puchereo. Otro fernet. Lloro a mares. Moqueando, me clavo tres postrecitos. Me restablezco, pero en el arrebato violo la interdicción y liquido las existencias para el fin de semana, que se avecina oscuro. Recordatorio: por estas cosas es que no debo drogarme. Para hoy: escribir y escribir; abdominales.

Jueves 7/1/10, 18:36

Mantener a raya mi afición por los 9 de Oro. Mientras organizo la estructura de lo que he estado escribiendo me bajo dos paquetes, a un ritmo de tres bizcochos por mate. Como penalidad esta noche me privaré de mi Copita Cindor. Mañana: escritura y doble turno de ejercicios.

Miércoles 6/1/10, 19:29

Cuarto intento fallido de comprar zapatillas. Gran desgaste de energía en esta actividad: algunas me parecen espantosas, otras carísimas, la mayoría una mezcla ominosa de ambas. Comienzo a pensar que se trate de algún desarreglo personal. Temo que estos esfuerzos me desvíen del objetivo: la tesis (y el mundial). O que aceleren la llegada de la calvicie. A propósito, en estos días borroneo 7 hojas (simple espacio). Luego de ordenar, podar, y traducir a sintaxis deberían quedarme un mínimo de 10 ( espacio y medio). Me doy hasta el viernes 15.

Lunes 4/1/10, 17:27

De vuelta. Organizo la segunda parte del capítulo que estoy escribiendo. Despliegue de fichas, reseñas, artículos y libros sobre la mesa. Por momentos, la tentación de pegar fuego a todo. Aun así noto algún avance. Extraño horriblemente el barrenador.