viernes, 14 de mayo de 2010

Viernes 14/5/10, 19:15

En un arranque de productividad compongo cuadros, esquemas, avanzo. (Sensaciones encontradas: la necesidad de procurarme más días como este y la sospecha inquietante de que no depende sólo de mi voluntad). Variaciones sobre la muerte digna: “Cuando advirtió lo inútil de una nueva ofensiva echó a correr sin dirección, gritó órdenes desesperadas que no escuchó nadie. Sin tiempo para ocuparse en otra cosa que no fuera el vértigo que lo invadía trató de afirmarse en sus piernas robustas, aferrarse al escudo y la lanza: componer la imagen que había ensayado una y mil veces. (Es una virtud de los cobardes asumir la derrota como posibilidad). Sospechó que no lograría ocultar su afectación. Entonces comprendió que había sido un acto de imperdonable soberbia el no encargar su suerte al escultor. Era el final. Con un terror próximo a la fascinación alzó la vista. La cabeza de Medusa colgaba del brazo de Perseo y le devolvía su mirada pétrea” (Posteridad).