martes, 17 de agosto de 2010

Martes 17/8/10, 20:19

De mañana, recupero la fe en la tesis en una charla con J. (considero perdonar la liviandad con que se toma el fin de semana y el feriado). A la tarde, reavivo mis heridas releyendo el dictamen de la santísima trinidad: adquiero el grado de litigiosidad necesario para redactar la impugnación. Hecho una fiera, intento traducir en tres páginas todo mi resentimiento. Compruebo la dificultad de destilar cualquier tipo de animosidad después de escribir "De mi mayor consideración".