Durante todo el proceso de escritura, la dificultad de trabajar ante la perspectiva de una interrupción inminente, o inmediatamente después de una interrupción, o en los tiempos intermedios. Horas y horas de trabajo perdidas. La necesidad, para escribir, de tener por delante varias horas sin ocupaciones, y de ir acomodándome de a poco -nunca entendí cómo J. se levantaba del almuerzo o llegaba de correr y se sentaba frente a la computadora y se ponía a teclear. Demasiado tarde para corregir todas esas taras. Más tarde: expedición al bar por el tema de Internet.