miércoles, 22 de septiembre de 2010

Miércoles 22/9/10, 20:11

En la excursión de ayer compruebo que si no nos llegan los ruidos del bar, tampoco lo hacen las ondas de la Wifi. Prefiero ver en esto un signo auspicioso y no un duro golpe a la economía familiar, pero internamente no se los perdono. A la tarde conté los días que faltan para el 3 de diciembre (71), lo que me generó un brote de ansiedad que resultó productivo: puse en marcha la escritura del capítulo de una bendita vez. Hace un rato traicioné a Héctor. Pudo haber sido peor.