viernes, 17 de septiembre de 2010

Viernes 17/9/10, 20:28

Superada la crisis, caigo en la cuenta de que me restan sólo dos capítulos para tener el primer borrador completo de la tesis (a lo que debería sumar las reparaciones del capítulo 4, las conclusiones y agradecimientos, y las infinitas correcciones que, de momento, prefiero no considerar). Decido comenzar con el último, que tengo más avanzado y más claro en la cabeza, y dejar el más difícil para el final: es decir para cuando, estimulado por los efluvios primaverales y la situación por demás promisoria de estar a sólo un capítulo, me convierta en una especie de bestia infernal, de tesista absoluto, o ya no me importe otra cosa que terminarla de una vez por todas.