Jueves 18/11/10, 15:04

De vuelta de entregar la tesis. Del lunes hasta acá, días febriles: corregir, ajustar, mejorar; todas actividades que se han visto privadas del placer con que las imaginaba. Ya habrá tiempo de reparar lo que la tesis ha hecho con mi vida. Quizás pueda rastrear, en este diario que termina, los jirones que fui dejando en el camino. De momento, recupero proyectos ampliamente postergados. Largas tardes de tomar yogur.

Lunes 15/11/10, 16:13

Desde ayer, algo más repuesto. Ajusto argumentos y ultimo detalles en varios capítulos. Pego los archivos en un solo documento. La tesis se va armando. Sin mucho margen, busco inspiración para cerrar las conclusiones y entregarme a la revisión.

Viernes 12/11/10, 21:50

Desde el lunes en una crisis total de confianza. Crisis que achaco a mi inseguridad, y a una valoración objetiva de las mierdas que he acumulado en estos meses, a las que me refiero condescendientemente como "tesis". Sin ganas de escribir en este diario. Sin ganas de escribir en ningún otro diario, tampoco. Recuerdos, ya borrosos, de una vida normal, de pareja, amistades y progenitores. Debería mostrar este diario a futuros tesistas: el que avisa no es traidor.

Domingo 7/11/10, 23:22

Sin ganas de escribir acá. Un calor horrible. Otra vez escribo ligero de ropas. Entrego la tesis y no toco la computadora hasta marzo.

Sábado 6/11/10, 19:19

Termino de corregir el 6 y empiezo con la revisión del último capítulo. Entre ambas tareas, me entrego a prácticas de populismo académico: hago malabares y dispongo un puñadito de notas al pie para citar a potenciales jurados.

Viernes 5/11/10, 19:54

El aplazamiento por unas semanas redujo notoriamente los niveles de estrés y volvieron a funcionar las neuronas. Faltan algunos detalles, pero el trabajo de estos días mejoró considerablemente el capítulo 6. Comprar una libretita para anotar las cosas que quiero hacer después de entregar la tesis. De aquí al final, obligarme a escribir acá todos los días. 

Jueves 4/11/10, 21:13

Inquietud por recaída en el tema de los mails, en parte mitigada por los efectos deletéreos de este largo periodo de reclusión: el tesista no tiene quien le escriba. Hasta el sábado al mediodía, mejoras en los últimos dos capítulos; después conclusiones, agradecimientos (ver si copio los de otra tesis y le cambio los nombres) y edición general. Evalúo cambiar el epígrafe de la tesis por este otro: “Todo el mundo morirá salvo usted y yo. Yo que doy una perorata sobre la muerte. Usted que me interroga sobre ella” (V. Jankélévitch).

Miércoles 3/11/10, 15:45

Dos semanas más de gracia. Un tiempo, a esta altura, difícil de mensurar, como si fueran años luz. Invadido por cierta lasitud, lucho para no bajar los brazos. Como un bagre al que acaban de pescar, se revuelca boqueando en el piso caliente y después lo tiran a un balde, me parece que hay, nomás, milagros. (Puedo escribir los versos más tristes esta tarde).

Domingo 31/10/10, 22:30

Trabajo contra-reloj para entregar el jueves. Un tanto voluble en estos días: oscilo entre el entusiasmo, la inseguridad y, ayer y hoy, la angustia de no terminarla. Completamente trabado con lo que me resta del capítulo 6 (un verdadero espanto el capítulo 6). Cada día escribo peor. Un trabajo enorme para armar un párrafo decente. Necesito vacaciones.

Jueves 28/10/10, 22:08

Mando el capítulo 5 y trabajo en el 4. Me queda larguísimo el 6 y resucito la idea del capítulo fantasma. Pongo al duende a pasar las correcciones de P. al primer capítulo. (Chequear luego lo de las páginas).

Miércoles 27/10/10, 23:00

Envío la versión final de los capítulos 1, 2 y 3 (los mando de a uno para que no parezca tanto para corregir). Agregar una nota al pie al capítulo 2 sobre estas muertes públicas: "Mientras corrijo estas líneas..." El mundo se cae a pedazos y yo escribo la tesis. Trabajo total. Empiezo a sufrir alteraciones sensoriales. De ningún modo hacer caso al duende que me pide que invente los números de página que me faltan en alguna citas.

Martes 26/10/10, 21:51

Termino el borrador de los últimos capítulos. Encaro la revisión final. Restan sólo 10 días. Soborno con sanguches de miga a compañeros de la cátedra para que me reemplacen este lunes.

Domingo 24/10/10, 22:58

Domingo difícil. A esta altura, una batalla casi física con un apartado del capítulo 6 que no se deja escribir del todo. Me pregunto si las dos hojitas que leo a la noche (del diario de una novela inconclusa) no es una provocación de mi parte.

Viernes 22/10/10, 21:21

La odio. Con toda mi alma.

Jueves 21/10/10, 23:45

Trabajos de jardinería en el capítulo 3, por lejos el más aburrido de la tesis. Trabajo para mantener a los lectores con vida hasta el 6 y el 7. Muy cansado para escribir algo más el día de hoy.

Miércoles 20/10/10, 15:32

Adecentando el capítulo 4. Por correo, me anoticio por un amigo de peregrinación a Luján, de un lechón a la parrilla, etc. La última tentación de Cristo. No puedo superar la confirmación de las berenjenas. Ruego a mis amistades que me retiren de la cadena de mails.

Martes 19/10/10, 12:11

Salgo herido pero de pie. Refacciones importantes en el capítulo 4 y el 6 para esta semana, el resto para retocar y recortar. Decido no pensar en el trabajo que me tomó escribir unas páginas totalmente prescindibles, y también cuido de no ensañarme: compruebo que es menos doloroso marcar párrafos en el Word y apretar delete que tachar de rojo las páginas impresas, y me entrego a la actividad con dedicación y felicidad. Me siento más liviano, como cuando me corto el pelo. Espero que Héctor pueda perdonarme.

Sábado 16/10/10, 19:53

Imprimo la tesis (casi toda, pero de momento me permito llamarla así, sin amputaciones), me sirvo una copa de vino (sólo una, dos sería peligroso) y encaro la pila con la birome roja y un cuaderno. Edición general, pero sobre todo una primera lectura integral, de la que ignoro cómo saldré parado. En principio espero salir parado.

Viernes 15/10/10, 17:48

Entrego a J. las primeras 18 páginas y voy por un número similar de aquí al lunes. De haber escrito a este ritmo me veía todo el mundial. (El rescate de los mineros –que, bajo otros escombros, me pierdo enteramente- inaugura una serie de resoluciones: la facultad, el teléfono y –horror- Internet).

Jueves 14/10/10, 18:40

Ayer y hoy, avanzo a paso a firme con el último capítulo. Para el lunes espero tenerlo listo y comenzar la revisión general. Sin novedades del teléfono ni de la proximidad del verano -quemo las naves para no tener que volver a escribir la tesis en pelotas.

Martes 12/10/10, 22:28

Sólo para anotar que en estos días estoy descuidando el diario, en buena medida, para terminarlo.

Sábado 9/10/10, 14:29

Miro el calendario, hago cuentas, y me pregunto si es que, de retomar seriamente el ejercicio de escribir tres páginas por día, tres páginas en serio, definitivas, parte de un esquema prefijado y perfecto, y en menos de dos semanas terminara el capítulo y el primer borrador de la tesis, leyera toda la tesis e hiciera ajustes y correcciones en un tiempo récord, y rogase, estimulase, sobornara o extorsionara con amenazas más o menos veladas a mis directores para que leyeran el borrador con una premura digna de mejor causa, pasara sus correcciones y redactara resúmenes y agradecimientos a un ritmo febril, ya por completo enajenado del mundo y al borde de mi resistencia física y mental, me pregunto, decía, si llegaría o no llegaría a entregar la puta tesis en noviembre.

Viernes 8/10/10, 21:27

Termino el borrador del capítulo 7 –dejo para después el trabajo de clarificar ideas y sintaxis- y encaro la escritura del último capítulo. Ansiedad por leer y corregir el primer borrador: paso las correcciones a los capítulos 1, 2, 4 y 5 y acomodo un par de epígrafes. La experiencia estimulante de estar terminando una tesis que no sé a quién voy a entregar, a esta hora y con la facultad tomada.

Jueves 7/10/10, 13:05

A un paso de terminar el capítulo y de enfrentar al monstruo. Supermercado. (Antes de que se vaya y me deje solo con el hilito de Wifi, le pido a J. que esconda la batería y el cargador de la netbook: he perdido toda confianza en mi fuerza de voluntad).

Miércoles 6/10/10, 19:03

Todavía sin Internet ni teléfono. J. descubre que, alrededor de su mesa de luz, tímida, llega intermitente la señal de la Wifi del bar de abajo. De momento, el único contacto con el mundo exterior. Avanzo con el capítulo: me está quedando largo así que vuelo un apartado.

Martes 5/10/10, 17:22

Retomo algunas discusiones de los primeros capítulos y recuerdo la sensación, mientras los escribía, de que en algún momento iba a mejorarlos. Con el tiempo, las esperanzas de que las revisiones y el trabajo dieran a la tesis una entidad más decorosa de a poco se fueron desvaneciendo. (Ayer, me gano la antipatía del movimiento estudiantil. En venganza les explico mal la teoría fundamentada).

Lunes 4/10/10, 16:00

Debut poco auspicioso de la era digital paga: no sólo no anduvo el aparatito, sino que además nos cortan el teléfono. ¿Una última señal para no poner Internet? Me voy a dar clase.

Sábado 2/10/10, 16:40

Recibo por correo el aparatito (que yo no he pedido) para instalar la Wifi en casa. Dejo la cajita apoyada en la mesa; la contemplo con recelo. A dos meses del día que me he fijado para terminar la tesis, vivo esto como un atentado personal.

Viernes 1/10/10, 19:27

Obligo a J. a leer las 20 páginas del capítulo -acepto que no haga la torta de manzana, pero no que no me lea. Su comentario me devuelve la fe en la tesis, pero al rato la vuelvo a perder. (Por mail, discusión en la cátedra sobre la toma de la facultad: a más de un mes, vuelvo a afirmar mis primeras posiciones: por mí que la prendan fuego y que terminen con las ciencias sociales. En diez años van a explicar todo las neurociencias y nos vamos a dedicar a las encuestas de opinión o a la literatura. Quizás sea para mejor).

Jueves 30/9/10, 19:00

Con la tesis, curiosos arreglos de mi tendencia a dejar las cosas para último momento: como si mi organismo se hubiera adaptado a este trabajo a largo plazo y estuviera al tanto de que, por esta vez, no hubiera sido posible dejar todo para el final, fue dosificando -hasta el momento con sabiduría- los períodos de desidia y de actividad. Decido, esta tarde, no luchar con mi organismo y confiarme a su sabiduría.

Miércoles 29/9/10, 20:59

Día desparejo: avanzo bien a la mañana y a la tarde me quedo un poco -hay semanas que trabajo bien a la tarde y mal a la mañana, y otras, como esta, en que es al revés. Miro el documento en que tengo apuntadas algunas cosas para los agradecimientos, género discursivo algo reiterativo. No estaría nada mal hacer el intento de escribirlos sin usar el adjetivo “invalorable” ni adverbios de modo.

Martes 28/9/10, 18:16

Ayer, mientras espero de pie, ya en tiempo de descuento, a que una alumna me entregue el parcial, se me ocurre que la imagen que componemos resume de forma bastante acabada la sensación que tengo estos últimos meses con la tesis. Como si en cualquier momento me sacaran la hoja. (Por mail, P. me pide que le mande todo a fin de mes y que entregue en noviembre). Día productivo: termino de acondicionar las primeras 20 páginas del capítulo y se las paso a J. para una primera lectura. Decisiones difíciles: activar el viaje a Río para noviembre y dedicarme a corregir la tesis en mallita, tomando caipirinhas en las playas de Ipanema, o postergarlo para cuando, amén de tomar todavía más caipirinhas en las playas de Ipanema, pueda también barrenar sin culpa ni limitaciones.

Sábado 25/9/10, 10:47

Hace varias noches que empecé a releer, unos minutos antes de dormir, el libro de Levrero que me dio la idea de escribir un diario de la tesis. No sabía por qué, pero ahora lo intuyo: la esperanza de terminar, junto con el libro, la tesis.

Jueves 23/9/10, 20:11

Como un maratonista dispuesto a acelerar el ritmo en los últimos metros, encaro la escritura con energías renovadas. Progresos importantes. Preocupación por la escasez de 9 de Oro: no hay en el kiosco -me ofrece Don Satur; por quién me toma-, y en el mini-mercado Erik me aferro al último paquete. Dedicar una tarde a recorrer los mercados del barrio y hacer acopio por si se agrava la situación. (Con el terreno más despejado, me detengo a inspeccionar: no me sobra nada, pero el Capilatis y los cortes en luna llena van dando sus frutos).

Miércoles 22/9/10, 20:11

En la excursión de ayer compruebo que si no nos llegan los ruidos del bar, tampoco lo hacen las ondas de la Wifi. Prefiero ver en esto un signo auspicioso y no un duro golpe a la economía familiar, pero internamente no se los perdono. A la tarde conté los días que faltan para el 3 de diciembre (71), lo que me generó un brote de ansiedad que resultó productivo: puse en marcha la escritura del capítulo de una bendita vez. Hace un rato traicioné a Héctor. Pudo haber sido peor.

Martes 21/9/10, 8:24

Durante todo el proceso de escritura, la dificultad de trabajar ante la perspectiva de una interrupción inminente, o inmediatamente después de una interrupción, o en los tiempos intermedios. Horas y horas de trabajo perdidas. La necesidad, para escribir, de tener por delante varias horas sin ocupaciones, y de ir acomodándome de a poco -nunca entendí cómo J. se levantaba del almuerzo o llegaba de correr y se sentaba frente a la computadora y se ponía a teclear. Demasiado tarde para corregir todas esas taras. Más tarde: expedición al bar por el tema de Internet.

Lunes 20/9/10, 16:05

Mañana abre el bar, de 7 a 24 hs. Ansiedad por ver cómo serán el movimiento y los ruidos –la ventana del cuarto da a una de las cocinas-, y también por el tema de Internet: si nos habilitarán o no la Wifi, y si volverán con ella mis problemas con los mails –temo por una recaída en este momento. Sigo sin cortarme el pelo y demorando comenzar con la escritura (¿casualidad?). Ajustar la jornada laboral los fines de semana.

Viernes 17/9/10, 20:28

Superada la crisis, caigo en la cuenta de que me restan sólo dos capítulos para tener el primer borrador completo de la tesis (a lo que debería sumar las reparaciones del capítulo 4, las conclusiones y agradecimientos, y las infinitas correcciones que, de momento, prefiero no considerar). Decido comenzar con el último, que tengo más avanzado y más claro en la cabeza, y dejar el más difícil para el final: es decir para cuando, estimulado por los efluvios primaverales y la situación por demás promisoria de estar a sólo un capítulo, me convierta en una especie de bestia infernal, de tesista absoluto, o ya no me importe otra cosa que terminarla de una vez por todas.

Jueves 16/9/10, 10:46

Anoche, conversación de lo más productiva con J. Descubrimos que lo que creía que eran dos capítulos (la idea “genial” de la semana pasada) en realidad era uno solo. Esto resuelve una parte de mis problemas; no todos. Como en el bar resolví otra parte, encaro más auspiciosamente esta jornada. (Volviendo del bar, miré de reojo las tres peluquerías modernas que hay en la cuadra y estuve tentado de traicionar a Héctor. De momento, sólo me detiene el temor de no saber explicarme y quedar expuesto a los criterios estilísticos del nuevo peluquero, de los que en principio desconfío).

Miércoles 15/9/10, 15:00

Todos los síntomas: dificultad extra para levantarme a la mañana, cierta inclinación a reparar cosas de la casa, opresión en el pecho… La crisis se instala, definitiva. Por lo menos arreglo la puerta del lavadero. Ya me llamaba la atención tanta tranquilidad. Me voy a un bar a tomar un café, leer mis notas y buscar alguna solución. Tengo que terminar la tesis.

Martes 14/9/10, 20:42

A la tarde, un ruido infernal: últimos estertores –espero- del bar de abajo. Para sublimar la violencia que me genera el ruido leo al azar pasajes de El silenciero. (Cuando sea grande, escribir como Di Benedetto). Cortarme el pelo, urgente. Averiguar si algún insecto o animal viene de a tres.

Lunes 13/9/10, 17:13

Otro día con la guardia baja -como las arañas, los días flojos vienen de a dos.

Domingo 12/9/10, 19:54

En el living con la netbook: cambiamos el espanto de procesador de textos que traía y me aventuro en el mundo del Word 2007, nuevo para mí. Por lo pronto, descubro una función que cuenta las palabras mientras escribo. No me gusta que me anden contando las palabras, ni las empanadas que como en las reuniones –soy de comer muchas empanadas. Bajo un poco la guardia, este domingo.

Viernes 10/9/10, 17:03

Dejo para mañana la revisión de los fragmentos completos de lo que queda de la tesis, suerte de reunión de trabajo y lluvia de ideas conmigo mismo. Pongo a calentar el agua para el mate (ay, sin bizcochos) y, menos por gusto que por su oportunidad, elijo el epígrafe para el capítulo 6: “Sin embargo, hay un punto en que siento que tengo la obligación de reconocer mi error, y tiene que ver con el injusto y cruel procedimiento que venía siguiendo, que era quitarle la vida a las personas a traición, sin aviso previo, sin decir agua va, comprendo que se trataba de una indecente brutalidad, cuántas veces no di tiempo ni siquiera para que hicieran testamento, es cierto que en la mayoría de los casos les mandaba una enfermedad que abriera camino, pero las enfermedades tiene algo curioso, los seres humanos siempre esperan librarse de ellas, de modo que ya cuando es demasiado tarde acaban sabiendo que ésa iba a ser la última, en fin, a partir de ahora todo el mundo estará prevenido de la misma manera y tendrá un plazo de una semana para poner en orden lo que todavía le queda de vida, hacer testamento y decir adiós a la familia, pidiendo perdón por el mal hecho o haciendo las paces con el primo con el que estaba de relaciones cortadas desde hace veinte años”. (J. Saramago).

Miércoles 8/9/10, 20:00

Problemas de abastecimiento: no había 9 de Oro en el supermercado -me niego, por otro lado, a entregarme a pálidos sucedáneos: me prometí que no volvería a ingerir, nunca más, un Don Satur. Algo inquieto porque esta carencia de bizcochos resquebraje la tranquilidad -extraña tranquilidad, casi alegría- con que estoy tomando la tesis en las últimas semanas. (R. me sugiere estrategias de escritura cada vez más disparatadas: un programa con un cronómetro para escribir 25 minutos, descansar 5, escribir 25, y así).

Martes 7/9/10, 20:38

Iluminaciones: se me acaba de ocurrir una idea genial, aunque todavía no la entiendo del todo. Dedicar el día viernes, o toda la mañana del día viernes, a leer el plan de reformas del capítulo 4, todo lo que avance hasta ese día y lo que ya tenía del 6 y del 7, y el archivo con las tesis de la tesis, para aclarármela un poco. (A esta altura pierdo todo control sobre mi pelo. Tampoco quiero peinarlo mucho porque se me cae).

Lunes 6/9/10, 16:10

Releo la entrada de ayer. Evidentemente, los domingos no pienso bien. Ni en bicicleta. (Harto con los de la obra del bar de abajo: tres meses de sufrir Internet por teléfono y sin poder completar una siesta decente).

Domingo 5/9/10, 21:25

P. me devuelve parte de los capítulos corregidos. Como al pasar, y acaso sin quererlo, me deja con el interrogante: ¿y si la entregara en noviembre?

Viernes 3/9/10, 11:18

Cambio rotundo de estrategia para el comienzo del capítulo: en lugar de revisar todo lo que hasta aquí tengo escrito y anotado de los capítulos que siguen, me dispongo a escribir todos los días como lo hice estas últimas semanas. Después de un buen tirón miraré para atrás y ordenaré un poco. (Instruyo a J.: de no verme escribiendo por más de una hora, que me pinche con un fierro caliente).

Jueves 2/9/10, 21:00

Dedico el día a corregir el capítulo 1. Pego también el 5 y se los mando a mis directores. Decido ignorar el mail de doctorado: de aquí en más, ajustarme a mis propios tiempos, o a los tiempos de la tesis. “Sóstrato: Cuanto yo hacía en la vida, ¿lo hacía voluntariamente, o bien estaba hilado por la Parca?/Minos: Por la Parca, sin duda alguna.” (Luciano, Diálogo de los muertos).

Miércoles 1/9/10, 21:04

Mail de doctorado: para defender la tesis en marzo hay que entregarla en noviembre... Me cortaron las piernas.

Martes 31/8/10, 14:53

Despejo las últimas dudas del capítulo y disfruto del ritual: copio el archivo de Word a la carpeta en que separo los capítulos terminados, tiro todos los borradores que imprimí y pongo una copia de la última versión en una carpeta, que guardo en un cajón del escritorio con los capítulos anteriores. Bastante conforme con el resultado (nada que ver con la mierda del anterior), evaluó con cuál seguir. De momento, me detengo a buscarles epígrafes y doy con el del 7: “Estoy tratando de morir correctamente, pero es muy difícil, sabe usted” (L. Durrell). (Un mail increíble: “¿Problemas con tu tesis?… Acá la solución!”).

Lunes 30/8/10, 15:51

Capítulo casi terminado. Dejo un par de párrafos en amarillo y salgo antes del horario de la clase para reunirme con R., que se vuelve a Canadá. (Por discreción, no indago en su pedido de no reunirnos en el bar de la esquina de la facultad: asumo que le debe dinero a alguien. Por las dudas, llevo lo justo para el café). Últimamente, cierta inclinación por el trabajo manual: pintar el techo del balcón, pulir el escritorio. Para después de la tesis.

Sábado 28/8/10, 18:48

A la vista el final del capítulo, del que salgo con algunas heridas: la necesidad de retocar el anterior. Mañana: ultimar los detalles de esta segunda parte. Dedicar el lunes a la edición de todo el capítulo.

Viernes 27/8/10, 19:00

Sigo avanzando con la nueva estrategia. Hoy reúno los diferentes archivos (12 páginas), doy una mirada de conjunto, y vuelvo a separar dos fragmentos para seguir trabajando por separado. Afinar el procedimiento: en el camino casi me olvido de un archivo. Multiplicación de los archivos y las carpetas. Backup de todo. (Llama mi hermana y me avisa que se murió mi gato gordo).

Miércoles 25/8/10, 22:20

Despejados los temores: avanzo a paso firme con lo que queda del capítulo; me dispongo a terminarlo para el lunes. Dudo en atribuir este empuje a los efluvios de la isla o a la nueva estrategia: a partir de una línea más o menos definida, escribo pasajes de manera fragmentada en diferentes archivos de Word, de dos o tres páginas. A riesgo de exigirme un trabajo extra de articulación, me beneficio del aire renovado que me prodiga el estreno de cada archivo (el amontonamiento de páginas me estaba asfixiando). Pongo a trabajar a J. en la tesis -la mía, ella ya no tiene. Me lee el primer capítulo y el que estoy escribiendo. Todo el día con las zapatillas nuevas (digo que para ablandarlas, pero la verdad es que me quedan pintadas).

Martes 24/8/10, 13:51

Ayer: primer encuentro con Y. después del concurso. Lo cortés no quita lo valiente: la saludo con una sonrisa cordial. En un gesto algo equívoco y que no acabo de explicarme -por la incomodidad o para despejarla, por malicia-, me inclino y por primera vez en todos estos años le estampo un beso en la mejilla. Tras casi medio año de búsqueda infructuosa me compro zapatillas. A escribir lo que queda de la tesis.

Lunes 23/8/10, 8:50

De vuelta de la isla. Por momentos, mientras me dejaba llevar por la corriente del río, en la canoa, la sensación de que podría escribir, si dejo de lado las vacilaciones y realmente me decido, dos capítulos en un mes. Para hoy: preparar la clase, organizar el trabajo de mañana.

Jueves 19/8/10, 18:56

Preparativos para el fin de semana de descanso en la isla, respiro antes de la batalla final. Temor de J.: que no pueda desenchufarme. Los míos: a. ya no volver a enchufarme; b. no volver de la isla. Empaco libros y mallita.

Miércoles 18/8/10, 20:41

De otros diarios: “Una de las principales funciones (sociales) de un diario es justamente ser leído a escondidas por otras personas (como padres y amantes), sobre las cuales el autor se ha mostrado particularmente duro” (S. Sontag). Me rindo con el tema de las zapatillas: camino casi toda Santa Fe sin éxito. Cuando desaparezcan los dos pares que tengo, para lo cual no ha de faltar mucho tiempo, me envolveré los pies con un repasador. Recuento los días desde mi última visita a Héctor: 80.

Martes 17/8/10, 20:19

De mañana, recupero la fe en la tesis en una charla con J. (considero perdonar la liviandad con que se toma el fin de semana y el feriado). A la tarde, reavivo mis heridas releyendo el dictamen de la santísima trinidad: adquiero el grado de litigiosidad necesario para redactar la impugnación. Hecho una fiera, intento traducir en tres páginas todo mi resentimiento. Compruebo la dificultad de destilar cualquier tipo de animosidad después de escribir "De mi mayor consideración". 

Lunes 16/8/10, 19:16

Me juramento no volver a trabajar en un feriado. Serás lo que debas ser o no serás nada. El día de hoy, me inclino peligrosamente por esto último.

Sábado 14/8/10, 12:28

Comienzo a adaptarme a la nueva situación de tesista único y a disfrutar de sus beneficios secundarios, como la restauración del patriarcado -temporalmente me veo eximido de mi parte en las tareas de limpieza del hogar y en la preparación de los alimentos. Ayer, volviendo en colectivo con L. de reunión de cátedra: su sensación, en los primeros meses como becario, de sentirse un parásito –cursar seminarios, hacer trabajos, etc. Me veo en la obligación de advertirle que, oportunamente, la tesis se las va a cobrar todas juntas.

Viernes 13/8/10, 16:28

Cierto resentimiento con J.: sigue durmiendo varias horas más después de que me levanto a trabajar; se queda hasta el mediodía leyendo en la cama; almuerza con una amiga; duerme la siesta... Siento que al verme sentado en el escritorio piensa: “ya no soy de esos”; y que la visión le procura una felicidad adicional. Reunión de cátedra.

Jueves 12/8/10, 20:14

Pongo orden al escritorio -que recupero para mí-, a mis documentos y papeles: preparo el terreno en que, durante cuatro meses, libraré la batalla final, a todo o nada, después de la cual voy a tomarme, hasta el último día de marzo en que termina mi beca, la más descansada de las vacaciones. Un párrafo del libro de Philip Roth, que leo para mi solaz y como fuente secundaria, al que debería suscribir: “Por la mañana me di cuenta de que se refería al libro, que, como corresponde a la falta de decoro propia de mi profesión, estuve escribiendo durante toda su enfermedad y su agonía”.

Miércoles 11/8/10, 21:10

Resumen del día: imprimo los papeles de mi presentación; comparto la mañana con colegas; alcanzo mi presentación a CONICET; averiguo y me amargo con el dictamen de la santísima trinidad por el concurso, me encolerizo y al final me indigno; descanso; vuelvo a indignarme. Me preparo para salir a festejar el final de la tesis de J. Mañana: volver con todo a mi tesis (no finalizada).

Martes 10/8/10, 22:27

Mañana trágica, en parte por mi costumbre de dejar todo para último momento, y algo más por la de CONICET, que cambia de manera artera el que tenía por último día, que no era hoy sino ayer.  Gestiones para enviar los presentación a postdoc de todos modos. Entre las 8 y las 9 y 45, momento en que consigo comunicarme, me entrego por completo a la desesperación. (Entre las 8 y las 8 y 15, hasta que J. se da cuenta que no me había equivocado de día, como pensaba hasta ahí, amén de la desesperación incurro en valoraciones poco elogiosas sobre mi persona). A eso de las diez me llega el mail tranquilizador: “El tiempo de tu labor ha sido otorgado”. Envío los documentos y me tomo el día, el primero de este mes y medio de trabajo continuado. Me clavo una hamburguesa, leo (literatura) y duermo la siesta en el río.

Lunes 9/8/10, 23:24

Perjudicado, de colegial, por los rigores del orden alfabético, de mayorcito me veo afectado por el orden no menos riguroso de los números: los documentos terminados en 0 y 1 entregan el martes. Día agitado: ultimo detalles del proyecto y la versión preliminar para la presentación a postdoc; hago diligencias y colaboraciones para el final de la tesis de J.; empiezan (otra vez) las clases. (Veo salir, de la flamante multifunción, como si asistiera a un alumbramiento, una a una, las casi 300 páginas de la tesis de J.).

Jueves 5/8/10, 22:27

Dibujo una estructura más o menos decente. Abro varios documentos. Corto y pego. Organizo, borro, escribo. Vuelvo a cortar y pegar. Dejo reposar. (Mañana y pasado: retocar y mostrar -a CONICET- el modelo terminado).

Miércoles 4/8/10, 21:25

Inquietante combinación de reclusión física y mental. Sigo sin ir a ninguna parte con el proyecto ni con mi cuerpito. Efectos deletéreos del trabajo total.

Martes 3/8/10, 20:23

Carácter esquivo de la imaginación sociológica: como Redondo, no siempre acude a las convocatorias. Sigo leyendo y tomando notas.

Lunes 2/8/10, 19:00

Nada.

Sábado 31/7/10, 17:00

Trabajo delineando el proyecto. Tensión constitutiva de ser tesista: el cansancio de estar siempre escribiendo la tesis y el peso, cuando hago otra cosa, de no estar escribiéndola. La tesis no escrita como una carga, una deuda, una carencia casi existencial.

Viernes 30/7/10, 13:38

Atendiendo al manual, dejo pendientes algunas cosas de la introducción para escribirlas luego de las conclusiones. Paso a ocuparme del proyecto postdoctoral: lecturas salteadas, apuntes y demás estrategias para convocar a la imaginación sociológica.

Jueves 29/7/10, 20:26

Agrego 9 páginas a la versión preliminar. Escritas como el culo, casi una regla de los últimos tiempos. Variable según mis estimaciones, confío en disponer de un tiempo para -entre otros afeites- traducirlas al castellano. (De la construcción epifánica o acumulativa del conocimiento (?): me interrogo si fue este un día especialmente luminoso o el compendio de una semana de amagues y rodeos).

Miércoles 28/7/10, 20:00

Día de trabajo algo acotado por diligencias, aseo general de la casa, etc. Últimamente, cierta afición por el diccionario de la Real Academia Española (versión electrónica). Hacerme regalar, llegada la ocasión, la edición impresa. (Reafirmo la fecha que me fijé ayer: no podría llevar por más tiempo un diario de esta nada que es escribir una tesis).

Martes 27/7/10, 20:51

Después de un lunes poco productivo y de una mañana difícil, recupero la iniciativa durante la tarde –cierta utilidad de estas taras: de pronto modifico algo que no cierra y todo fluye. Mail de doctorado: tiempos institucionales, etc. Doy, a mis anhelos, una fecha: viernes 3 de diciembre. También a mis afanes. 4 meses.

Sábado 24/7/10, 15:24

Repaso el trabajo de este mes, el primero del régimen de trabajo total. Tres ideas: 1) Las disposiciones mentales y organizativas para escribir como formas ritualizadas de eludir la escritura. 2) El carácter problemático -más que de la página en blanco- de los archivos llenos de notas: el tedio de ordenar, interpretar, descartar y armar, con las variaciones y sedimentos de una misma idea desplegada en el tiempo, un texto más o menos coherente. 3) La dificultad de deshacerse de algunos párrafos: leyendo trabajos -cualquier trabajo, mi tesis-, la posibilidad de encontrarse con la sintaxis dudosa de traducciones mal hechas, párrafos-fetiches a los que puede adivinárseles un pasado en proyectos, ponencias, artículos, etc.

Jueves 22/7/10, 20:47

Preocupación por el avance de las reformas en el bar de abajo y la perspectiva de recuperar la conexión a Internet. Después de meses de abstinencia, temo que una recaída afecte mi productividad: comparando un mismo periodo, sin Internet doblo el número de páginas.

Miércoles 21/7/10, 20:00

Otro día dedicado a leer la tesis de J. -chequear que no figure en los agradecimientos sólo por el ánimo y esas cosas. (Anoche, en reunión de amigos, logro imponer una nueva regla: quedan abolidas las anécdotas con una antigüedad mayor a cinco años. G. aporta una salvedad: las de lesa humanidad son imprescriptibles. Recién al mediodía me recupero del madrugón y del vino tinto).

Martes 20/7/10, 13:36

A punto de llamar al servicio técnico, consigo en un último intento instalar la impresora. Desbordo de felicidad. Consagro el día a leer la tesis de J. (Ayer, cierto remordimiento: 8 de los 11 alumnos que fueron a dar final eran de mi comisión).

Lunes 19/7/10, 16:33

Después de perder toda la mañana del sábado y un par de horas de hoy, desisto en mi intento de instalar la impresora multifunción. Sigo delineando el planteo del problema y el apartado conceptual. Otra vez a tomar finales.

Viernes 16/7/10, 22:36

De vuelta en la tesis: bosquejo la introducción y el planteo del problema. Adelantar las proposiciones de la tesis. Como en las novelas policiales en que primero aparece el muerto para luego explicar cómo ese muerto se produjo -por caso, más o menos, la tesis de la tesis. Adquiero una impresora multifunción.

Jueves 15/7/10, 15:30

Atención primaria, restructuración del sector salud, obras sociales… Extraño a horrores la tesis. (Hago un árbol genealógico y me aseguro que, con la senadora Negre de Alonso, no nos une grado de parentesco alguno).

Miércoles 14/7/10, 12:00

De aquí al viernes, abandono la tesis por otros menesteres: inmersión en las aguas procelosas de la sociología de la salud según X. Antes, sumo las páginas del apartado metodológico a la versión preliminar. Dejo sin terminar un subtítulo inquietante, para ir completando con mis dilemas éticos: “Investigar sobre el final de la vida”. De momento, completar la lista del supermercado.

Martes 13/7/10, 13:38

De momento, me abstengo de leer la bibliografía que tengo separada para adornar de referencias el apartado metodológico. Macedonio: “escribir es el verdadero modo de no leer y de vengarse de haber leído tanto”. En la tesis: el peligro de leer como forma de no escribir. Ayer: nada de shorcitos; apruebo a Palermo.

Lunes 12/7/10, 12:28

Violo el encierro y el régimen de trabajo total para ir a tomar finales. Frío espantoso. Que vengan ahora en shorcito. Camiseta de frisa, bufanda y capucha. Preocupación por la carencia de guantes mágicos.

Viernes 9/7/10, 20:56

Completamente adaptado a la rutina de trabajo total. Para después del 13 de agosto, proyecto de minivacaciones para encarar más relajado los meses finales. Evitar, en estos días, frecuentar espacios que reúnan a dos o más tesistas: el temor de que el clima de exaltación colectiva que se genera en esos encuentros desestabilice el ritmo que he adquirido.

Jueves 8/7/10, 22:09

Hoy, viendo a J. ultimar las correcciones de su tesis, encuentro que la mayor satisfacción de doctorarse es dejar de ser tesista. Veo también cómo elimina páginas y páginas. De momento, aferrado a las pocas que tengo, no podría prescindir de ningún párrafo.

Martes 6/7/10, 18:26

Trabado en la escritura del capítulo, decido encarar el apartado metodológico: con convicción otorgo, a las múltiples actividades que he realizado hasta aquí de manera algo caótica, el orden y el cuidado del que carecieron. A la tarde, caigo de pie con Uruguay; me hago español. Variaciones sobre la muerte digna: “¡Ay! –respondió Sancho, llorando-: No se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía” (M. de Cervantes).

Lunes 5/7/10, 17:25

En los ratos en que flaquea la escritura, voy preparando mi presentación a la beca postdoctoral: actualizo el currículum, pego en un archivo el borrador de los capítulos que tengo escritos hasta acá -entusiasmado, contemplo cómo el conjunto va adquiriendo forma de tesis.

Sábado 3/7/10, 18:00

Día durísimo para las emociones mundialistas y mi jornada laboral, malogradas ambas por la contundencia del pulpo Paul y el 9 de alemania. Para lo que queda, decido enfrentar mi destino sudamericano: me hago Uruguayo. “Fue entonces que aceptó sin reparos la convicción de estar muerto. Estuvo con el vientre apoyado en la pileta, terminando de secarse los dedos y la nuca, curioso pero en paz, despreocupado de fechas, adivinando las cosas que haría para ocupar el tiempo hasta el final, hasta el día remoto en que su muerte dejara de ser un suceso privado” (Onetti).

Viernes 2/7/10, 19:45

Después de varios días de reclusión y abstinencia mundialista, adapto mis obligaciones a los cuartos de final: bajo cosas de Internet y corrijo trabajos prácticos viendo a Brasil y a Uruguay, respectivamente. (Anoche, insomnio. En la cama, siento una molestia en la garganta que adjudico a una espina del pescado. Al rato, compruebo una dificultad para tragar y me imagino otra vez en la guardia, radiografías, traqueotomía, etc. Extrañamente, me tranquiliza pensar que voy a despertar a J. para ir al hospital recién cuando me esté ahogando, y me duermo).

Jueves 1/7/10, 20:30 hs

Julio: algo menos de 6 meses para terminar la tesis. A pesar de haber comprobado amargamente que, medido en escritura de capítulos, no son nada -comprobación que lo puede condenar a uno a pasar un mundial de mierda-, 6 meses me siguen pareciendo una enormidad. Algo alterado por el ritmo de trabajo, me dispongo a preparar un pescadito para la cena.

Miércoles 30/6/10, 20:21

Retomo el diario después de abandonarlo por varios días. Del sábado a hoy, cabeza, manos y otras regiones del cuerpo humano llenos de la tesis. Quemo las naves, el cartelito con los horarios y mi vida personal. Jornadas laborales como en los albores de la revolución industrial.

Viernes 25/6/10, 20:49

Volviendo de entregar parciales, entro a una librería y doy por casualidad con una cita de Mozart en un epígrafe: “Tengo la cabeza y las manos tan llenas del tercer acto que no me sorprendería si yo mismo me transformara en tercer acto”. Asumo este pasaje como una suerte de divisa para lo que queda.

Jueves 24/6/10, 20:22

Saco provecho del primer y único día de la semana dedicado enteramente a la tesis: dejo casi listas las primeras quince páginas del capítulo, que espero acondicionar mañana. (Al mediodía salgo a correr por el río, estiro la espalda, e intento sin éxito una pirueta en las anillas dispuestas maliciosamente por la Municipalidad. Nuevo dolor en la espalda. Suspendida, de momento, la revisión de mis decisiones).

Miércoles 21/6/10, 19:30

Reunión de equipo; corrección de parciales. Dificultad de componer, en favor de la tesis, un día de trabajo que ha empezado tan desvirtuado. A la tarde: privado de Internet, descubro formas creativas para no trabajar aún sentado frente a la computadora.

Martes 22/6/10, 18:00

Asegurada la clasificación, me mudo a un bar que desborda de pasión mundialista. Una vez convocadas, dificultad para controlar las emociones: tras el segundo gol, contengo el impulso de señalar, al gordo que se mofó de la entrada de Palermo, su flamante semejanza con el Toti Passman. (Retomo la actividad física: salgo a correr por el río, estiro la espalda en los aparatos dispuestos generosamente por la Municipalidad. Reveo la decisión de retirarme del fútbol).

Lunes 21/6/10, 20:08

De un tiempo a esta parte, revelación del carácter particularmente ominoso de los días feriados: lo que es esfuerzo sábados y domingos, en el feriado es inmolación. (Primeras manifestaciones del ocaso del bolsito. Inscribirme en algún congreso).

Viernes 18/6/10, 22:00

Dolorosa corroboración de que, así en la tesis como en la vida, no todo el año es carnaval. Vuelto a la normalidad, corrijo y aumento las profusiones en que he incurrido en el día de ayer. Variaciones sobre la muerte digna: “Vosotros todos, los innumerables que habéis muerto antes que yo, ayudadme. Decidme cómo habéis hecho para morir, para aceptar” (E. Ionesco).

Jueves 17/6/10, 20:30

Hoy, una bestia: compongo cinco páginas en versión borrador final. Cuarenta días así y termino la tesis. Doble ración de postrecito y vía libre con los 9 de Oro. (A la mañana vuelvo a elegir el bar equivocado para ver el partido de Argentina: los pocos clientes, igual de discretos, no logramos crear un clima mundialista medianamente satisfactorio. Como exiliados contemplamos, en medio del más perfecto silencio, y culpando en secreto al otro por nuestra vergüenza colectiva, cómo explota el bar de enfrente en el tercer gol).

Miércoles 16/6/10, 20:34

Reunión, supermercado. Tentación del tesista: “Un atardecer, dijo Austerlitz, saqué de la casa todos mis papeles, atados y sueltos, los libros de notas y cuadernos de notas, los archivadores y legajos de mis clases, todo lo que estaba cubierto de mi escritura, y lo tiré al extremo más lejano del jardín en el montón de estiércol, cubriéndolo con capas de hojas podridas y unas paladas de tierra” (Sebald).

Martes 15/6/10, 15:20

Dilema ético: corregir parciales y abstenerme del partido de Brasil, o verlo y repetir la nota del primero. En virtud de no descuidar mis obligaciones decido corregirlos, y para no traducir mi resentimiento en las notas decido ir a hacerlo a un bar. Dedicar los sábados a escribir el capítulo metodológico.

Lunes 14/6/10, 17:00

Combatir, cuando se presenta, la ilusión de que se valen el cansancio, el aburrimiento y la poca afición al trabajo, y que vuelve perfectamente realizable al día siguiente, renovadas las fuerzas, y cuando me disponga realmente a hacerlo, la tarea que en ese momento siento gravosa e improbable. Prácticamente recuperado de los efectos secundarios de la chilena.

Viernes 11/6/10, 15:20

Fiebre mundialista. A pesar de los esfuerzos por contenerme, me concedo una licencia y voy a trabajar a un bar donde dan Francia-Uruguay. (Confío en las condiciones que he dispuesto para pasar un mundial de mierda: sin tele desde hace dos años y ahora sin Internet). Sensible mejoría: logro ponerme la media del pie izquierdo sin los oficios de J., de los que no puedo prescindir aún para el derecho.

Jueves 10/6/10, 19:00

De a poco recupero el ritmo de trabajo y algo de autonomía. Alterno un tiempo sentado en el escritorio y otro recostado en la cama para descansar la espalda. En estos días, ir ajustándome al nuevo horario. (En un aparte, voy preparando un documento de Word - “Preguntas frecuentes”-, donde explico en forma didáctica la ley del off-side y otras cuestiones reglamentarias por si J. me interroga durante el partido del sábado).

Miércoles 9/6/10, 20:19

Reviso minuciosamente el engendro de Eco: en ningún momento dice nada acerca de evitar perjuicios en la región dorso-lumbar durante la escritura de la tesis. Visita a la guardia, radiografías. En vísperas del mundial, a oscuras en un cuarto, mientras espero los resultados de la placa con los pantalones a medio bajar, acostado en la camilla a la que me ha costado horrores trepar y de la que entreveo me costará otro tanto apearme, decido retirarme del fútbol.

Martes 8/6/10, 16:24

Día difícil. Movilidad reducida. Ibuprofeno (forte), almohadilla eléctrica. Turno al traumatólogo. De otros diarios: “Digan lo que digan, existe, en toda la extensión del Universo, a lo largo de todo el espacio del Ser, un solo y único elemento horrible, espantoso e inaceptable, una sola y única cosa que está verdadera y absolutamente en contra de nosotros y es totalmente aniquiladora: el dolor” (Gombrowicz).

Lunes 7/6/10, 12:34

Primeros ajustes a mi rutina de trabajo con miras a diciembre. Hago un cartelito y lo acomodo en el escritorio: “Horario de atención: Lunes a viernes de 7 a 19 hs. Sábados de 7 a 16 hs. Domingos cerrado”. (Extender los recaudos a las emociones mundialistas: terrible dolor en la espalda por una chilena algo deslucida en el partido de ayer. Hay una edad para tirar chilenas. Ibuprofeno).

Viernes 4/6/10, 13:08

La certeza de que, de asomarme a la ventana y pedir al hombre de la obra si no me tiraría una costillita a un costado de la parrilla, además de incrementar la felicidad de mis almuerzos, cambiaría algo en mí de manera irreparable. Anoche, buscando inspiración en otros textos encuentro la conminación de Wright Mills: “llevad un diario”. A poco de empezar interrumpo mis ejercicios de artesanía intelectual: al mezclar las diferentes fichas con mis notas no sólo no se me revelan nuevos sentidos y relaciones sino que comienzan a perderse los que creía que tenían. Volver a ordenar las fichas y tomar recaudos con los consejos de Wright Mills.

Jueves 3/6/10, 20:11

Con el calendario en la mano, vuelvo a revisar la estructura de la tesis, los cronogramas, los archivos con notas para los capítulos y mis punteos de las conclusiones. Aunque me condene a pasar un mundial de mierda, a extender al máximo la jornada laboral y desatender (aún más) mis relaciones sociales, me juramento terminar la tesis en diciembre. Juramento que, amén de mí mismo, tendré que repetir ante directores y agencias de financiamiento, menos proclives a valorarlo en su justa medida.

Miércoles 2/6/10, 20:00

De llevar uno, el epígrafe de la revisión bibliográfica sería este: “La bibliografía de la abeja (empecemos por los libros a fin de desembarazarnos de ellos lo más pronto posible e ir a la fuente misma de esos libros) es de las más extensas” (M. Maeterlinck). Hoy: continúo con mis lecturas; reunión de equipo. A la tarde, por la oficina pasan alumnos de sociología pidiendo becarios tipo I para entrevistar. Me siento un paquete de harina. Me excuso: soy tipo II. Leudante.

Martes 1/6/10, 17:42

A falta de los problemas que supone uno, trabajo en dos capítulos al mismo tiempo. Semana dedicada a afinar cuestiones teóricas. Lecturas y notas en esa línea. (Intimaciones y amenazas de mi director. Recordatorio: no hacer promesas en vano. Recuperar credibilidad: prometer una fecha después de tener listo el capítulo, o, cuando me reclama, mandarle capítulos de otras tesis).

Lunes 31/5/10, 17:00

Desde la semana pasada, empiezo a escribir a mano en un cuaderno: hago esquemas, uno conceptos con flechas. Ignoro para qué, pero me hace sentir ocupado. Por curiosidad, reviso archivos de cronogramas viejos. Todos ultrajados. (Sábado: visita a la peluquería -la luna llena y sus mitos de pilosidades prodigiosas: el hombre-lobo, etc. Por primera vez en 20 años me pregunto dónde se cortará el pelo el propio Héctor).

Viernes 28/5/10, 14:37

Iluminaciones: lecturas productivas, organización y escritura. (Otra vez asadito abajo. Suspendo los fideos con manteca y me acerco a una parrilla. Una porción de vacío, media de chinchulines, vino de la casa y flan mixto. Siesta. Que laburen ellos).

Jueves 27/5/10, 19:10

Imposibilidad de sostener el horario de verano. De mañana, distancia impracticable entre la cama y la cafetera. Evaluar extender la jornada laboral con iluminación artificial, como hacen con los pollos. Hoy, gran día de trabajo: escribo, organizo, dejo punteado buena parte del capítulo. (Otro asadito en la obra. Preocupación por la escasa variación en la dieta de los albañiles).

Miércoles 26/5/10, 18:48

Al miedo de no terminar la tesis si abandono el diario, se le suma el de no terminarla si lo continúo. (Hormigas en el baño y en el placard de J. Pedir cita con el fumigador –sin obstáculos epistemológicos).

Martes 25/5/10, 15:00

Feriado. Ningún ruido de la obra, de la calle ni de nada. Explotación del hombre por la tesis.

Lunes 24/5/10, 13:00 hs

Feriado. Ningún ruido de la obra. De otros diarios: “Todos los días, todos los días, aunque sea una línea para decir que hoy no tengo ganas de escribir, o que no tengo tiempo, o dar cualquier excusa. Pero todos los días” (M. Levrero).

Viernes 21/5/10, 23:00

Dificultades para convivir con las reformas del bar, este viernes: el ruido de picos y de máquinas, el olor a asadito que sube desde la obra. Tolero unos y otros a cuenta de las facturas de Internet que nos van a ahorrar. En viaje a la reunión de cátedra, me inicio en los obstáculos epistemológicos de la entomología: “porque cada observador quiere que el insecto que él estudia sea más inteligente o más notable que los demás, y conviene precaverse contra ese pequeño defecto del amor propio” (Maeterlinck).

Jueves 20/5/10, 20:14 hs

Avanzo bien -sólo restan un par de detalles para terminar el capítulo y mandarlo. Revisándolo me pregunto cómo fue que me llevó tanto tiempo escribir esta mierda. (Casi un día y nada. Me parece que no van a venir a buscarme).

Miércoles 19/5/10, 20:30 hs

Pessoa: “¡Quiero intercalarme, inmiscuirme, ser llevado,/ quiero que me hagan pertenencia loca de cualquier otro,/ que me despejen los cajones,/ que me tiren a los mares,/ que me vayan a buscar a casa con fines obscenos,/ sólo para no estar siempre aquí sentado y quieto,/ sólo para no estar simplemente escribiendo estos versos!”. Exactamente eso. 

Martes 18/5/10, 16:19

Visita al oculista: diez puntos de la vista, receta para el colirio. De pasada, renovados intentos por adquirir zapatillas: “42 no tenemos”, “las grises son de mujer”. Volver a intentar sin los ojos todos resaltados: cuando llego a casa me percato que los tengo fluorescentes por el líquido para medir la presión ocular. El código de ética profesional debería incluir estas cosas: “Es de buen tono avisar al paciente que deja el consultorio como un espanta-cucos”.

Lunes 17/5/10, 23:00

Otro buen día de trabajo. Satisfacción con el tono monocromo que va adquiriendo el capítulo –nueva regla: a la tercera vez que encaro sin resolver los pasajes resaltados en amarillo (que dejo así para desarrollar luego) los elimino. (Sobre el arte de injuriar: en el tren, un grupo de muchachones llaman “espanta-cucos” a un muchachón poco agraciado. Contengo la risa por discreción y para no indisponer contra mí al espanta-cucos).

Viernes 14/5/10, 19:15

En un arranque de productividad compongo cuadros, esquemas, avanzo. (Sensaciones encontradas: la necesidad de procurarme más días como este y la sospecha inquietante de que no depende sólo de mi voluntad). Variaciones sobre la muerte digna: “Cuando advirtió lo inútil de una nueva ofensiva echó a correr sin dirección, gritó órdenes desesperadas que no escuchó nadie. Sin tiempo para ocuparse en otra cosa que no fuera el vértigo que lo invadía trató de afirmarse en sus piernas robustas, aferrarse al escudo y la lanza: componer la imagen que había ensayado una y mil veces. (Es una virtud de los cobardes asumir la derrota como posibilidad). Sospechó que no lograría ocultar su afectación. Entonces comprendió que había sido un acto de imperdonable soberbia el no encargar su suerte al escultor. Era el final. Con un terror próximo a la fascinación alzó la vista. La cabeza de Medusa colgaba del brazo de Perseo y le devolvía su mirada pétrea” (Posteridad).

Jueves 13/5/10, 23:27

Recostado en el pasto, mirando el río –donde J. me manda a apaciguar la crisis que, luego de madurar toda la mañana, me gana por la tarde-, considero seriamente adoptar la propuesta temeraria que insinúa P. De momento me disuade la perspectiva de quedarme a un tiempo sin mundial, sin tesis y pelado. Más o menos como el Cuchu.

Miércoles 12/5/10, 20:27

Día difícil: reunión de equipo + banco + supermercado. En el ascensor del Instituto, medio en broma, una propuesta temeraria de P.: penalizar los aplazamientos con partidos del mundial. (J. indaga por el Capilatis. Doy mis motivos -que son mis miedos-, le enseño. Así reclinado, como en una reverencia, recibo desarmado su compasión: “es un remolino”).

Martes 11/5/10, 17:31

Compongo la lista del supermercado para mañana. En una decisión dolorosa resigno raciones de postrecitos por el Capilatis. Temo que la visita que debo a Héctor haga más evidente lo delicado de mi situación. Con la tesis, la sensación de haber perdido la claridad –mejor: de no haberla tenido nunca. Convencido de la necesidad de progresar de todos modos, avanzo entre la bruma.

Lunes 10/5/10, 18:48

Niveles desacostumbrados de concentración y dedicación al trabajo por la restricción compulsiva de Internet; comprobación que compensa pálidamente el incidente de ayer: hasta aquí íntimo, el fantasma privado de la calvicie se hace de pronto público -después del partido Pe. nota que me estoy quedando pelado. El más ominoso de los signos.

Viernes 7/5/10, 13:44

Reunión de cátedra, corregir parciales. Epistemológicas: “Pero acaso nunca lleguemos a mentir. Acaso la verdad sea tan rica, tan ambigua, y presida de tan lejos nuestras modestas indagaciones humanas, que todas las interpretaciones puedan canjearse y que, en honor a la verdad, lo mejor que podamos hacer es desistir al inocuo propósito de alcanzarla” (J. Bianco).

Jueves 6/5/10, 21:07

Envalentonado por -al fin- un buen día de trabajo, me impongo terminar y enviar para el lunes el capítulo 4 en una versión decente. Novedades auspiciosas: van a poner, debajo de casa, otro bar. Suspendidas las indagaciones por servidores de Internet. (Signos de estar padeciendo algún síndrome de abstinencia con el tema de los mails: abro el Explorer en vano, temo que me llegue algo importante. La impresión de sentirme como sucio).

Miércoles 5/5/10, 8:18

Hasta aquí, la prolija confección de cronogramas, la minuciosa organización de la estructura y la preocupación por cómo está quedando la tesis no me han reportado mayores resultados. Enormes dificultades para poner una palabra detrás de otra. Verdaderamente harto, y siguiendo ese orden, mando al carajo cronogramas, estructuras y remilgos. De aquí en más, hacer como la oruga.

Martes 4/5/10, 8:49

Sebald y una metáfora entomológica de la producción de una tesis: “En su primer día de trabajo, la oruga hila un tejido extenso, desordenado, inconexo, que le sirve de sujeción al capullo. Y después, moviendo continuamente la cabeza de un lado a otro y devanando así de su interior un hilo ininterrumpido de más de trescientos metros de largo, a su alrededor construye la verdadera envoltura de forma oval. En este armazón que no permite el acceso ni al aire ni a la humedad, la oruga se transforma en crisálida después de haber mudado su piel por última vez”. Cambiar de piel. Devenir crisálida.

Lunes 3/5/10, 14:13

Continúa el duelo por el cierre del bar de abajo. El incordio de ir a chequear el correo a otros bares, pagar los cortados, averiguar por servidores, etc. (Durante el fin de semana, vuelvo sobre el incidente del miércoles en un evento académico: durante la presentación, A.J. pide a un desconocido una galletita. El desconocido accede y, establecido el intercambio, continúa ofreciéndole de sus galletitas. Incapaz de esa audacia, compruebo que soy incapaz todavía de otras: aún deseando aceptar el convite, niego el ofrecimiento que, extendiendo su solidaridad con A.J., el desconocido me hace. Ignoro cómo afecta esta incapacidad en otros aspectos de mi vida, de qué otras galletitas me priva).

Viernes 30/4/10, 19:30

Después del hastío y de la poca productividad de las últimas semanas, procuro volver a conectarme con la tesis. La necesidad de escribirla de  modo que me interesase leerla me tiene algo paralizado. Novedades infaustas: cierra el bar de abajo de casa que -sin saberlo- nos prodigaba Internet. Variaciones sobre la muerte digna: “Adiós, muchachos ya me voy y me resigno/ contra el destino nadie la talla/ se terminaron para mí todas las farras/ mi cuerpo enfermo no resiste más” (Sanders y Vedani).

Jueves 29/4/10, 13:15

Fracaso espantoso del "operativo mundial". Desazón. De aquí en más, atenerme al otro cronograma. (En el correo: ¿y si realmente fuera cierto, y si esta vez sí gané la lotería en Grecia?).

Miércoles 28/4/10, 9:42

Anoche, el contraste de la luna llena cayendo sobre el río y la costa y, unos metros más atrás, los árboles arrancados por la construcción del vial que avanza. “Nada más frágil que el equilibrio de los lugares hermosos. Nuestras fantasías de interpretación dejan intactos los textos mismos, que sobreviven a nuestros comentarios; pero la menor restauración imprudente infligida a las piedras, la menor carretera de asfalto que invade un campo donde creció la hierba durante siglos, determina para siempre lo irreparable” (M. Yourcenar).

http://www.unidosporelrio-vl.blogspot.com/ http://www.avvl.wordpress.com/

Martes 27/4/10, 15:24

Al igual que otras veces, paralizado ante el capítulo que comienza. En lugar de encararlo como un todo, lo subdivido en pequeños apartados para los que me fijo mini-plazos. Moratoria: después de varios intentos consigo un oculista que efectivamente atiende por la obra social -probabilidad similar haciendo llamados al azar que consultando a la cartilla. En el parcial, J.I. disiente: que Palermo no se parece a Palermo. Retirarle el saludo.

Lunes 26/4/10, 10:16

Ventajas de llevar un diario: se cumplen casi tres meses del último corte de pelo. Agendo una visita a Héctor para esta semana. Hoy, tomar parciales y comenzar con la escritura: “A lo largo de días y semanas uno se devana inútilmente los sesos, no sabría, si se le preguntara por ello, si se sigue escribiendo por costumbre, o por afán de prestigio, o porque no se ha aprendido otra cosa, o por asombro ante la vida, por amor a la verdad, por desesperación o indignación, así como tampoco sería capaz de decir si mediante la escritura uno se vuelve más inteligente o más loco” (W.G. Sebald).

Viernes 23/04/10, 12:40

Luego de la etapa creativa -puntear ideas, delinearlo-, ayer a la tarde entro en crisis con el capítulo y con la vida –si esto va o no en este capítulo, si lo pongo al final o al principio, si podré terminar la tesis, etc. Ya repuesto, por la mañana doy al capítulo su forma definitiva y me preparo para la escritura. Para sumar presión, me comprometo con mis directores a entregarlo en dos o tres semanas. (En el espejo, una imagen feroz: el pelo largo, barbudo y con la cara a la miseria. Buscar en Google algún adminículo extraño, informarme y pasar por la ferretería).

Jueves 22/4/10, 13:46

Mañana difícil para mi masculinidad. Me ajusto a la moratoria y voy a la ferretería, de la que vuelvo algo golpeado. No consigo explicarme, compro una pieza equivocada, tengo que volver a cambiarla. En todo momento, la sensación de ser despreciado abiertamente por el ferretero, como si además del desconocimiento de temas tan sensibles para la humanidad me recriminara que me pongo cremita en la jeta. Decido abandonar el cuidado de mi cutis. Charla productiva con J. sobre mi tesis.

Miércoles 21/04/10, 8:37

Día de reunión y trámites varios. (Moderación: me excedo con la crema y me queda la cara toda brillosa).

Martes 20/4/10, 16:39

Lecturas varias y apuntes para el capítulo. Últimas jornadas de armado antes de retomar la escritura. (Todo el día con la cara seca. Examino el botiquín del baño: descarto la crema exfoliante –ignoro qué es, pero temo que sea algo demasiado íntimo- y me unto un poco de crema humectante. Ahora sí. Ordeno todo para no descubrirme).

Lunes 19/4/10, 10:30

Prácticamente recuperado de mi afección, descubro que el vapor de los vahos del fin de semana ha mejorado mi cutis de manera notoria. Repaso en el diario los asuntos pendientes: ferretería, pedir turno al oculista, etc. Moratoria para resolverlos durante la semana. Ideas sueltas para el proyecto posdoctoral: “Estigma y vida cotidiana en padecimientos crónicos: el caso de las personas en situación de calvicie”.

Sábado 17/4/10, 14:42

Otro sábado laborable. Corrijo trabajos prácticos, punteo algunas ideas para el proyecto posdoctoral. Mejora del brote alérgico luego de una noche espantosa. Pedir turno a un homeópata. Beneficios secundarios de la enfermedad: J. me hace una torta. Variaciones sobre la muerte digna: “Si te vas, quiero verte partir,/ saber que te has ido./ Sin adioses, el amar y el morir/ nunca son olvido” (A. Zitarrosa).

Viernes 16/4/19, 8:26

Sigo delineando la estructura del nuevo capítulo. La sensación de avanzar como en un rompecabezas del que vagamente conociera el modelo, apenas entrevisto u olvidado. Cada pieza que consigo ajustar condiciona la que sigue, va perfilando el conjunto. Brote alérgico; sobredosis de Aerotina y pañuelos descartables. De otros diarios: “llevar un diario es un ejercicio y un placer espiritual que no practican ni gozan aquellos que no lo llevan” (A. Monterroso).

Jueves 15/4/10, 8:04

Para hoy, vuelta al programa de sociabilidad reducida. Busco inspiración en Pascal: “la desgracia de los hombres viene de una sola cosa: de no saberse estar quietos en su cuarto”.

Miércoles 14/4/10, 19:23

Día flojo de trabajo por reunión de equipo, guiso de lentejas con A.J. y café con mi madre. Trabajo a deshora para recuperar terreno. Castigos físicos.

Martes 13/4/10, 18:42

No salgo de casa en todo el día. Es más: casi no me levanto del escritorio en todo el día. Tanta reclusión empieza a agriarme el carácter. Caliento el agua y pienso, a propósito del mate espantoso que ayer me convida un alumno, que el gesto del viejo Vizcacha -malinterpretado bajo el paraguas de la violencia doméstica- debería de ser reivindicado.

Lunes 12/04/10, 17:00

Efectividad del nuevo sistema de escritura: hasta aquí vengo cumpliendo la cuota diaria que me he impuesto. Termino el borrador del capítulo 4 y comienzo con el 5 (límites difusos entre uno y otro). Activo las gestiones para la estadía en Río durante el mundial. El escarnio público o un maracanazo de lo más personal. Muy pocas ganas de ir a dar clase, hoy. Casi ninguna de ver a Palermo.

Viernes 8/4/10, 15:34

Pongo agua para el café, tanteo epígrafes: Sócrates, o el temor a la muerte como una jactancia -“Pues el temor a la muerte, atenienses, no es otra cosa que creerse sabio sin serlo, ya que es imaginarse que uno sabe lo que no sabe. Nadie sabe, en efecto, si la muerte no es para el hombre el mayor de los bienes; la temen, sin embargo, como si supieran con certeza que es el mayor de los males” (Platón). Variaciones sobre la muerte digna: “y alguien entra en la muerte/con los ojos abiertos” (A. Pizarnik)

Jueves 8/4/10, 18:37

Luego de varios días flojos de escritura, y de una charla con R. y con J., adopto para mi rutina de trabajo criterios de productividad: de aquí en más, el día laboral termina después –y sólo después- de escribir tres páginas a espacio y medio (versión borrador avanzado). Ir tanteando la posibilidad de extenderlas a cuatro, y evaluar formas más efectivas de control: presentárselas a J., enviárselas a mis directores. Diseñar un sistema de premios y castigos. En el primer día, cubro mi cuota.

Miércoles 7/4/10, 19:07

Últimamente, cierta inclinación asociativa. Primero la AGD, después Facebook -ignoro en qué puede terminar todo esto. Dudo en aceptar a personas que no veo hace mucho porque no quiero verme enredado en puestas al día embarazosas. Día difícil para la tesis. Nueva prórroga.

Martes 6/4/10, 12:17

Ayer, descubro que un alumno es igual a Palermo. Sopeso las ventajas y desventajas de comentarlo en clase, si supondría o no una falta de ética pedagógica. Ante la duda me contengo. Al rato, Palermo pregunta si es lo mismo el porcentaje que el promedio. Nada que ver, Palermo. Ganas de tirarle un centro a ver cómo cabecea. Para hoy: escritura, ferretería y gimnasio.

Lunes 5/4/10, 16:03

Primeros fríos. Dificultad para sostener el horario veraniego. Ducha matinal para entrar en calor, estufa, bufanda y tecito. Aplazo hasta el miércoles la entrega del primer borrador del capítulo. Luego del prolongado impasse, mañana vuelvo al gimnasio. Revisar la canilla de la cocina.

Sábado 3/4/10, 12:23

Fin de la puesta al día: pilas y pilas de ropa para planchar. Ir por ahí todo arrugado, recluirme o donarla. De momento, postergo las tareas domésticas para avanzar con el trabajo. Variaciones sobre la muerte digna: “Pensé en las lanzas. Una de ellas que viniera a mí en la oscuridad, me diera en el vientre y yo pudiese tomarla con las manos, sabiéndola agente de mi muerte irremediable. Pero no en la frente. No en la boca. No en los ojos” (A. Di Benedetto).

Jueves 1/4/10, 12:30

De aquí al lunes, días definitivos para el capítulo 4. En los mails, invitación a una charla para estudiantes de doctorado: “Ni el Nobel ni el Cervantes. Sólo una tesis doctoral”. Deberían prohibir este tipo de cosas. Me quedo con el pasaje de Wacquant que me señala J.: “Sé que es una locura y seguramente ilusorio, pero, en este momento, la perspectiva de marcharme a Harvard, de tener que presentar una comunicación en el ASA (congreso anual de la American Sociological Association), escribir artículos, leer libros, asistir a conferencias y el tutti fruti universitario carece de sentido, es deprimente, tan aburrido (y muerto), respecto de la alegría carnal pura y vivaz que me ofrece esta porquería de gym”. Hoy, ropa blanca, sábanas y otra tanda de color.

Miércoles 31/3/10, 17:31

Hoy, reunión de equipo, apuntes para los capítulos 5, 6 y 8, trabajos de contención con J. De las crisis del tesista -con algunas variantes, repito las fórmulas que utilizó para apaciguarme en mi crisis de anoche. (Habemus lavarropas: la primera camada de colores oscuros ya se debate en agua, jabón en polvo y suavizante. Alabada sea la garantía extendida).

Martes 30/3/10, 10:40

A la mañana, mientras doy vueltas y junto coraje para un día intenso de escritura, hago caso a P. y empiezo a organizar la bibliografía de esta segunda parte de la tesis. En esa actividad, y como quien no quiere la cosa, se me revela el título y la entidad del que, hasta aquí, por su existencia algo esquiva vengo llamando el capítulo fantasma. La tesis va adquiriendo su forma definitiva.

Lunes 29/3/10, 14:38

Comprobaciones dolorosas: por sí mismo, y si no me empeño en él, el capítulo solo no avanza. Podría, pero no. Según ambos cronogramas, el lunes próximo vence el plazo.

Viernes 26/3/10, 8:09

Desde mi cuenta de mail se envía a todos mis contactos un mensaje que promociona productos electrónicos. Algunos me avisan, otros me putean. Los más esmerados me hacen algún pedido. Despliego medidas de seguridad: backups, antivirus, cambio de contraseña. Con la pregunta de seguridad se me ocurre algo realmente ingenioso. Una lástima que no se lo pueda contar a nadie. Variaciones sobre la muerte digna: “Yo tenía compuesto mi semblante, estereotipado en el aspecto que debía conservar mi cadáver” (D.F. Sarmiento).

Jueves 25/03/10, 17:50

De a poco empiezo a soltar la mano y avanzo tímidamente con la escritura. Voy encontrando el tono que quiero darle al capítulo –algo más bien descriptivo, que traduzca el trabajo cotidiano en el servicio. De momento, trabajo algo desordenado en base a la estructura: apunto cosas del principio, redacto una nota al pie, copio algunas citas, escribo párrafos salteados. Borroneos. Una entrada en calor.

Miércoles 24/3/10, 12:10

Nuevos ajustes y arreglos en el cronograma. La tarea me sume en un estado de ansiedad y desasosiego. Comienzo a entrever que no llego al mundial. Para no bajar los brazos organizo dos cronogramas: uno más acorde a lo que supongo demandará la confección de lo que resta de la tesis, y otro más apretado que denomino “operativo mundial”. Sensaciones extrañas: como si el día de hoy me pesaran todo el tiempo y todo el trabajo que proyecto y distribuyo en uno y otro.

Martes 23/3/10, 15:16

Perspectiva de desavenencias conyugales por lectura cruzada de capítulos: leyendo en la habitación contigua escucho cómo J. teclea furiosamente sus observaciones en el mío. Con una mezcla de inquietud y resentimiento me dispongo a leer el suyo. Sin reuniones ni otras actividades a la vista, horizonte despejado para trabajar en la tesis durante esta semana. (Albricias. Mail de doctorado: en abril se aprueba mi plan de tesis).

Lunes 22/3/10, 8:38

Doctorarse, o una serie acotada de actividades: armar un proyecto, ser admitido en un doctorado, aprobar seminarios, el plan de tesis. Después investigar, leer, escribir: líneas, párrafos, páginas, capítulos –la tesis. Así descompuesto, una empresa totalmente asequible. (O también, los infinitos pliegues en que, arteros, acechan el desánimo, la zancada, el obstáculo insalvable). El sábado, mientras preparo la clase para hoy, telefonea P.: buenas noticias de la evaluación del plan de tesis, último paso formal antes de entregarla. Vértigo: amén de entenderme con mis directores, sólo dependo ahora de mi constancia. Hoy: trabajar en la estructura definitiva del capítulo y empezar a escribir; nueva visita de los del service.

Viernes 19/3/10, 14:00

Hoy, más reuniones. Otro día de trabajo perdido. Se me viene encima el mundial. Reviso el cronograma, hago ajustes: en dos semanas tengo que terminar este capítulo. (Llegado el caso, ir pensando soluciones operativas: la opción de volar el marco conceptual, amparado en una cita de Proust: “De donde la grosera tentación para el escritor de escribir obras intelectuales. Gran falta de delicadeza. Una obra en la que hay teorías es como un objeto al que se le deja el precio”).

Jueves 18/3/10, 19:01

Sociales y trabajo de campo en el congreso de cuidados paliativos, en la UCA. En la puerta de entrada, un cartel prometedor: “Se considera vestimenta inadecuada para los alumnos varones los pantalones cortos, las remeras musculosas y las ojotas”. Después las cosas se complican: la interdicción también alcanza a las faldas cortas del alumnado femenino y me detiene en la puerta un señor de seguridad. No ando en shorcito y ojotas, pero tampoco con los 165 dólares que cuesta la inscripción. (Por otra parte, los bolsitos que dan  dejan mucho que desear:  los cuidados paliativos son como las ciencias sociales de la medicina). Me voy a conocer la biblioteca de la universidad, leo unas horas mirando la dársena. Más tarde burlo la seguridad y entro al congreso con una credencial prestada. Asisto a una conferencia, tomo notas, saludo. Para el café y los dulces tengo que atravesar de nuevo el puesto de seguridad. Temo ser descubierto y me vuelvo a casa.

Miércoles 17/3/10, 17:31

Termino de acondicionar el plan de tesis. Trabajo en el formato “diseño de lectura” del Word, que en estos días me muestra J. Al principio me entusiasma, pero después noto las dificultades: no tengo la barra de herramientas con el tipo de letra, la fuente, las opciones de edición (por algo es un diseño de lectura). La escasez de variaciones para lidiar día tras día con esta puta pantalla que me seca los ojos y el cerebro. Día nublado, horrible. Para completar, me bajo todo un paquete de 9 de Oro con un mate lavado. Mañana será otro día -por más que se parezcan tanto unos a otros desde los últimos meses. Entre los mails, invitación a una conferencia: “Análisis de un instrumento musical urbano. Etapas de una investigación sobre el bombo con platillo en la Ciudad de Buenos Aires”. Lo agendo.

Martes 16/3/10, 17:50

Paseo por el río, hamburguesa y ducha para paliar la depresión en que me sume retrabajar el plan de tesis. (Ayer, veo en la facultad a G. vestido de profesor universitario: jeans, camisa, corbata y saco con parches en los codos. De vuelta en casa, me pruebo un conjunto similar frente al espejo. Lo que me temía: parezco un adolescente arreglado para un cumpleaños de quince).

Lunes 15/3/10, 10:47

Nubes y más nubes: preparar la clase de hoy, agregar algunas cuestiones al plan de tesis. Consuelo: me queda buenísima la tarta de manzana para el cumpleaños de J. (Notas: comprar helado de crema americana para la tarta; evaluar medidas impopulares pero necesarias -preparar las clases el fin de semana).

Viernes 12/3/10, 14:34

Hojeo etnografías hospitalarias, hago apuntes, dibujo estructuras, rescato notas de campo: de a poco, el capítulo va cobrando forma. Me distraigo un rato tanteando epígrafes acordes a los nuevos contornos de la tesis: “Realmente decimos que la hora de la muerte es incierta, pero cuando lo decimos nos representamos esa hora como situada en un espacio vago y remoto; no pensamos que tenga la menor relación con la jornada comenzada ya y que pueda significar que la muerte (…) podrá producirse esta misma tarde, tan poco incierta, esta tarde en que el empleo de todas las horas está regulado de antemano” (Proust).

Jueves 11/3/10, 9:18

Comenzar un capítulo, o la etapa más horrible de la escritura. A diferencia de otros, que acumulan notas, fichas y archivos, no tengo mucho más que una idea general de lo que quiero escribir. Un verdadero páramo. (Doméstico-legales: los del service vienen el martes. Mientras, separo ropa de color para el laverap y me lavo a mano una que otra prenda).

Miércoles 10/3/10, 7:22

Pruebas de la existencia de dios, o de que debo ser más generoso en mis rezos: a salvo la heladera (y los postrecitos), un pico de tensión quema el lavarropas. Se avecina una batalla legal con Edenor. De momento, para acceder al resarcimiento completo un formulario y llamo al service por un presupuesto. Espero no consumir mucha energía en el litigio y dedicarme por entero al capítulo que comienza.

Martes 9/2/10, 14:22

Movimientos tectónicos en la estructura de la tesis: en esta revisión hago volar un capítulo entero (juro que en virtud de una coherencia y economía expositivas y no de la inminencia del mundial). Desde el viernes, problemas con la luz: subas y bajas de tensión. Reclamos a Edenor, backups, rezos por la heladera. Hoy, corte de luz. Hago estirar al máximo la batería de la notebook. Seria preocupación por la cadena de frío de los postrecitos.

Lunes 8/3/10, 16:37

Sigo delineando los ejes y argumentos principales de la tesis. Me doy plazo hasta el miércoles o jueves para comenzar a escribir el nuevo capítulo -sensibilizado por la tesis, prefiero no llamar a esto deadline. En Yahoo, curiosa fórmula para cuidar la vista de la computadora: cada 20 minutos, mirar 20 segundos a 20 pies de distancia (3 metros). El método me parece poco serio y sigo dándole al colirio. Ayer, supermercado: acopio de 9 de Oro y postrecitos.

Viernes 5/3/10, 17:44

Breve paréntesis: hoy y mañana dedicados a armar un artículo sobre el dolor para mandar a una revista. De otros diarios: “y no se trata desgraciadamente de la muerte, sino del eterno suplicio del morir” (F. Kafka). El del kiosco sólo tiene 9 de Oro light. No es lo mismo.

Jueves 4/3/10, 19:06

Un día de mierda. Calor, sueño, trámites. Hay días así.

Miércoles 3/3/10, 18:02

Revelaciones en una etnografía que nada tiene que ver con mi tesis: trabajosamente, voy anudando los ejes temáticos que quiero abordar. Después del almuerzo, lucho para no sucumbir a la siesta: el café no da resultado, así que intento con un breve paseo por el barrio. Vuelvo del paseo más despejado. Analizo incorporarlo a mi rutina laboral, cada vez más ascética. Consuelo: fernet; aceitunas.

Martes 2/3/10, 17:10

Avanzo en la mañana con las reseñas y otras lecturas. Por la tarde, gestiones. Viaje a Río reprogramado. Cómo se lo explico al barrenador. Qué pronto se hizo marzo.

Lunes 1/3/10, 17:51

Ayer, día de campo y asado con compañeros de trabajo. Transfiguración del tesista, que rodeado de colegas se vuelve un ser quejumbroso. Por la noche, pesadillas que adjudico a la picada, la bondiola y el vino. En el sueño, A.J. filetea la bondiola al lado de la parrilla y me cuenta sus preocupaciones con el estado del arte. Al rato, me percato que lo que sigue fileteando ya no es la bondiola. Horror. Me despierto transpirado. Todo está en su lugar, terminé el estado del arte. Alivio. (Hoy imprimo las dos copias. Una para mi padre y otra para mí. En la foto, de 1930, mi abuelo, en una posición algo equívoca, los ojos cerrados, o bien rechaza o se dispone a recibir la pelota gigante que flota en un ángulo. La leyenda: “El internacional J.A., crédito de San Fernando”. Abajo, enredadas en botines, las letras de El Gráfico subrayadas por una línea gruesa. De mi parte, apenas podría esgrimir un artículo en Cuadernos de Antropología Social. Ni foto de tapa, ni crédito de localidad alguna. Nada de nada).

Viernes 26/2/10, 18:12

Hoy, problemas de disciplina. Avanzo a buen ritmo durante la mañana, pero después bajo la guardia y me abandono -miro mails, escucho música, duermo siesta. Dejo de sentirme un ejemplo para futuras generaciones de tesistas: más bien digno del repudio y la ignominia, de ser señalado en nuevas ediciones de Cómo se hace una tesis. (Escribir la novela. El personaje debería llamarse Tito -de Umbertito).

Jueves 25/2/10, 13:49

Revisión sistemática de las reseñas bibliográficas, que voy repartiendo para tal o cual capítulo. Contemplo la pilita, que condensa un trabajo de cuatro años, y me siento un tipo de lo más ordenado: un ejemplo para futuras generaciones de tesistas. (Anoche, antes de dormir hojeo El nombre de la rosa. Me indigno por el bibliotecario ciego inspirado en Borges y compongo un plan para vengarlo: escribir un best-seller mundial (no ahora) sobre un semiólogo italiano con algún defecto infamante -hemorroides, onanismo, que no le crezca vello púbico).

Miércoles 24/2/10, 14:37

Termino de codificar todo el material –notas de campo, entrevistas, recortes de diarios, etc. Voy en bici hasta el Parque de los Niños para airearme un poco, pero me chumban unos teros (?) y no consigo pensar mucho. Dudo en responder la agresión a pedradas, desisto, tomo algo de sol. Vuelvo pedaleando despacito, tanteando a los teros. Viene F. a trabajar a casa. Esta vez queda J. bajo sus órdenes así que me voy a leer a un bar.

Martes 23/2/10, 7:21

Entusiasmo inexplicable del tesista al dar con un libro o artículo justo sobre su tesis. En la esperanza de que lo iluminarán, ignora que limitan las cosas que tiene para decir: en un punto lo primerean. Con ese recelo comienzo a hojear el libro que me trajo P. (Saer, malicioso: “Con Umberto Eco, las amas de casa del mundo entero han comprendido que no corren ningún peligro: el hombre es medievalista, semiólogo, profesor, versado en lógica, en informática, en filología”. ¿De ahí su presencia en los supermercados?).

Lunes 22/2/10, 13:49

Harto del carácter ubicuo de Cómo se hace una tesis –en la parada de diarios de la estación, en el supermercado, etc. Hojeo al voleo la fotocopia de J. que hay en casa y, sin acabar de comprender el motivo, empiezo a odiar visceralmente a Umberto Eco. Totalmente restablecido del malestar de la semana pasada: café con leche, panchos, postrecito y nada. Sigue lloviendo. Alerta meteorológica. Pertrechado y echando putas, me voy al centro a buscar un libro y tomar finales.

Viernes 19/2/10, 18:24

Pongo el agua a calentar y busco citas para la tesis en mi archivo. Me detengo en dos: “Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado” (J.L. Borges). “Sólo sé que necesito silencio, estar solo, irme, y dedicar una hora a considerar lo que ha ocurrido en mi mundo, lo que la muerte ha hecho a mi mundo” (V. Wolf). Descarto una por muy paródica, otra por demasiado introspectiva. Se hierve el agua. De todos modos me iba a hacer un té. Sigue lloviendo.

Jueves 18/2/10, 17:24

Todos los congresos se parecen: varían menos en la calidad académica que en la de los bolsitos que dan con la inscripción. Viajando en tren comparo mi bolso con los que portan otros –congresos de cardiología, bioquímica, etc. Me siento algo disminuido y tapo la leyenda con el brazo. (La certeza de que uno puede leer ahí la posición relegada de las ciencias sociales). Los deseos de Dios, como sus caminos, son insondables: alterno mejoras con recaídas, infusiones y torta de brownies.

Miércoles 17/2/10, 13:33

Verdaderamente harto del arroz y las infusiones, decido dejar de tratar a mi estómago con tantos remilgos: me clavo una hamburguesa con tomate y queso en Carlitos y que sea lo que Dios quiera. En mis notas de campo, novedosas formas de notificar la muerte: “‘N., 78 años, tiene PAMI, bueno, tenía PAMI, porque falleció, me acaban de avisar’. X. se ríe y comenta: ‘es una buena forma de decirlo, en lugar de decir que se murió, decir que ya no tiene más PAMI’”.

Martes 16/2/10, 17:33

Ayer, ningún alumno para rendir -ni en shorcito ni en otras prendas. Hoy trabajo a buen ritmo. Espero terminar en esta semana la revisión y codificación de entrevistas y notas de campo y dedicar la próxima a delinear más acabadamente los ejes que recorrerán la tesis. Rebrote de la afección estomacal: más arroz y tecito.

Lunes 15/2/10, 15:02

Mañana deslucida de trabajo por malestar estomacal -revisar mi conducta en las picadas, mantenerme alejado del salame tipo candelario. Leo las notas de campo del día en que una señora se quita la blusa azul antes de darme tiempo de abandonar el consultorio; una de las pocas pacientes, por otra parte, que he visto irse de alta en estos años. Pudor del etnógrafo. Me excuso y amago con levantarme pero la señora –ya sin blusa azul ni corpiño- me ataja. Desvío la mirada mientras el médico la revisa y recuerdo la referencia de Parsons al “potencial elemento sexual” en la relación entre médicos y pacientes, en particular a la situación en que la mujer se desnuda delante del médico. (En una nota al pie Parsons cuenta la política de un hospital de tener presente a una enfermera como mecanismo de control, que imagino algo vulnerable: una mujer desnuda y otra vestida de enfermera no parecen ofrecer muchas garantías). Me voy a tomar finales. Hoy: arroz blanco, té con limón.

Viernes 12/2/10, 15:42

Sensible mejoría en el asunto de los mails. De mantener este régimen ahorraría un mes en la escritura de la tesis. Cuestión de ajustar un poco más la rutina y encomendarme a los dioses: ya palpito el mundial. Perspectivas de una vida mejor -se acabó el yogur de vainilla. Ayer, empate agónico. Refugios de la épica en la contemporaneidad: entrando a la carrera por la izquierda recibo la devolución de la pared y cruzo un zurdazo de sobrepique al ángulo. No me cuelgo del alambrado porque está todo oxidado. Sobre el final me quedo sin aire y creo que me baja la presión. No postergar el comienzo de la pretemporada.

Jueves 11/2/10, 12:46

Toda la mañana leyendo entrevistas en la computadora. Picor en los ojos. Colirio. Pedir turno al oculista para renovar los anteojos –algo rayados los lentes, desencajado el armazón. Dificultades para decidir el nuevo modelo. (Dudas con los anteojos de marco oscuro: por mi magro futuro capilar, ya no podría renunciar a la barba por el temor de devenir en Tom, del ¿Quién es quién?). Luego de los excesos de ayer, retomo los almuerzos frugales: milanesa de soja y ensaladita.

Miércoles 10/2/10, 16:34

A la tarde, viene a trabajar en casa F. Estas horas a su entera disposición. Obedezco órdenes sin protestar: levanto la cama y el sillón para que limpie abajo, despejo el escritorio. Como en Casa tomada, me voy corriendo de una habitación a otra. Termino recluido en el dormitorio, recostado en la cama con la computadora en la falda. Me da calor; después me pica. Espero a que F. me autorice a volver a mi puesto. La Wifi llega al dormitorio -debe soplar viento del río. Aflojo las condiciones que me he impuesto. Ninguna revelación: fútbol mañana, gano la lotería en Grecia e Inglaterra, promoción de inquietantes productos masculinos, mails institucionales, etc. No debí repetir el plato de arroz con salsa. Aire acondicionado y siesta.